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Mostrando las entradas de diciembre, 2007

Adios al 2007

Año intenso, sabio, creativo, productivo, de decisiones (donde caben el sí y el no). Le digo adios limpiando la casa, tirando eso que no sé por qué nunca he tirado, en silencio, con mi música, pensando, en sosiego. No debo nada. Nadie me debe nada. Qué mejor manera de despedirse del todo. De darle la bienvenida al nuevo año, cuando llegue, cuando me reciba con mis 37 recién cumplidos. Adios al 2007 de cada uno de ustedes. Adios.

Antes de terminar el 2007

Regreso tranquila a casa. Como un estanque templado que no tiembla en círculos. Regreso tranquila.

No me verán...

...en estos días: Feliz Navidad :-)

¿Estrenando?

Hoy le tocó peluqueada a Rabito. No está muy contento. Como las mujeres en esta casa, es un poco hippie y le gusta ir a la despeiné . Quedó tan guapo que no vencí la tentación de comprarle un nuevo atuendo. Me gusta como le va el rojo y el azul rey. Elegí rojo. ¡Guapísimo! Y tan dulce como se muestra en esta foto.

Choques

Una vez más me chocaron estando estacionada. Ya ha sucedido. Varias veces. Tan es así, que ante cualquier crash/crujidodefibradevidrio/pum/golpedecarrocería , ya sé que es mi carro. He pensado que si es el color (capuccino), que si mi carro es invisible (como yo), que si... Ahora lo que pensé es que siempre me chocan estando estacionada. Quieta. Inmóvil. ¿No es una sacudida para alguien que prefiere la quietud al riesgo? ¿No es una lección que a sangre entra para alguien que tiende a inmovilizarse, sobre todo después de haber arriesgado?

RN es...

Por fin. Por fin. Por fin. Terminé ese proyecto que llamé RN. Una radionovela. Un culebrón para que la gente caiga en cuenta de la importancia de saber leer y escribir. Y los dramas -todos- que la vida atrae por el analfabetismo. Un proyecto que empezó en abril con el apoyo de Luis, y que continuó con la gran ayuda de Edith. Están todos los elementos televiseros: la dama bella, aparentemente indefensa, acosada por los barbajanes del pueblo y alrededores. Pero están los elementos con los que me divertí horrores: el pollero que se lleva a los hombres del pueblo al otro lado , la tendera que tiene un aguaje , la señora que sufre de alzheimer, la quinceañera encaprichada en veintemil chambelanes... Fue un trabajo arduo. Mucho. Meses de dormir entre 3 y 4 horas, fines de semana completos trabajando. Pero compromisos son compromisos. Y Mariana fue tan paciente... Y ya, por fin: entrega de tres partes, entrega de tres cheques.

5. Y mi editor

Y mi editor es Jaime. Padre de Mateo. Amo (¿o súbdito?) de Asmar. Agente especial. Escritor furtivo. Editor de poesía. Editor de libros. De catálogos de arte. De enciclopedias. Creador de piezas de land art. Conversador suave y cálido, profundo y niño. Caminante de bosques, de palabras, de imágenes, de interiores. Una clave secreta compartida. Mi cómplice en la FIL. Umbral, hermano momentáneo de Almuzara. Mi lazo para no perderme en los pasillos. Mi calma en la turbulencia. Mi fins dema .

4. Mis editores

Desde el año pasado me di cuenta en la FIL. Mientras los demás editores caminaban con la nariz displiscente, mientras vestían de negro sobre alfombras rojas imaginarias, mientras se comportaban como capos de una mafia decadente, mis editores de Almuzara no paraban de reir. Bailaban flamenco en los cocteles tiesos que las grandes editoriales organizaban, contaban chistes, nos protegían a sus autores en un ambiente familiar, relajado, irreverente. Son jóvenes que aman los libros. Multidisciplinares. Multitasking. Gente educada. Gente dulce con ganas de comerse el mundo editorial a pequeñas pero contundentes mordidas. Este año no fue la excepción. Antonio, amante de los caballos, ahora sólo tuvo dos temas: su pequeño hijo y el crecimiento al 600% de Almuzara. José Manuel ya no traía el chiste del bocaseca sino del hombremuchacho . Ruth, la directora en México, nos llevó a las mejores cantinas, a los mejores restaurantes, a la mejor oficina que Almuzara puede tener en México, me dio un

Ahora las minicrónicas

3. El Pájaro Me recogió en el aeropuerto. Hace un año no nos vemos ni sabemos uno del otro, pero nos saludamos como si siempre. "Hace un año no nos vemos y mi vida está en el mismo punto", me dice, "tú en un año te ibas a casar, vas a publicar dos libros más, y yo sigo igual". Le digo que a veces uno parece que avanza mucho, pero finalmente acaba en el mismo punto: Siempre no me voy a casar, tengo un nuevo libro por escribir y ni puta idea si lo lograré. El Pájaro siempre habla como con aforismos, como un gurú oriental que predica en el Zócalo. Un egresado de los jesuitas que no es tan de derechas ni tan de izquierdas. Parece que pasa de todo, y no pasa de nada. Da noticias, da datos, da impresiones. Es profundo, intuitivo, entrañable y al mismo tiempo cómico, cabroncete, frívolo. Camina como un príncipe. Viste como un rockero pijo y consagrado. Ríe como un chaval de 17 años. Compone hits del momento que uno no deja de tararear, pero es un indie underground . El Páj

Crónica de otro Duelo

2. Gdl Presenté Duelo de noche el jueves 22 de noviembre a las 8:00 p.m. en la Librería Porrúa del centro: un hermoso edificio con patio interior. Ahí me encontré: a un puñado de mujeres (sí, casi todas) a Ricardo Solís, poeta sonorense, como corresponsal de La Jornada al Gerente de Porrúa, sonorense también a Susana Romo, la actriz que leería mis textos La presentación fue muy diferente: había una atmósfera íntima, como la que prevalece en los pequeños aforos teatrales; la gente también tenía una actitud expectante, de estar frente a una historia que se desplegaba en vivo. Susana Romo hizo una selección muy acertada de los fragmentos. La gente pudo escuchar en su lectura dramática las principales mojoneras de Sara y Concha, la madre y la hija de quienes trata Duelo de noche . La gente escuchó con silencio y respeto. Al terminar, en las firmas, una señora se me acercó y me dijo: Quiero leer la novela, pero tengo terror de hacerlo, porque creo que tengo una hija Sara. Al final de la pr