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Mostrando las entradas de octubre, 2016

Mariana, 21

Mariana alcanzó los 21. El último umbral para la mayoría de edad. Mariana alcanza metas pequeñas. Alcanza tareas exigentes. Alcanza las cimas de sus emociones. Alcanza a entender almas humanas y no humanas. Alcanza sabidurías interiores. Alcanza sueños que a otros se les antojan remotos. Alcanza propósitos semanales con una agenda frenéticamente ordenada. Alcanza ideales. Alcanza oscuridades. Alcanza el dolor. Alcanza la risa infantil. Alcanza montañas, ciudades desérticas, grandes ciudades y pueblos abandonados. Alcanza a ver. Alcanza a palpar. Alcanza a asir. Alcanza a agarrar fuerte lo que quiere. Alcanza siempre a agarrarse de la vida. Esa que hoy llega a los 21.

Ceci, 5

Apenas la noche cruzó el pie hacia la madrugada del 19 de octubre, nació Cecilia. Y así se nos reveló desde entonces: toda alegría ella, siempre.

0. Lo nuevo

La nueva maternidad no ha venido sola. Ha venido con otra ciudad, con una familia grande y perruna,  con un jardín dentro y fuera de casa, con mucho más trabajo y distancias muchísimo más largas. Ha venido con otro talante. Por eso hay proyectos con los que simplemente no he podido. No he podido avanzar en la novela de intriga política, pero he escrito cuentos. No he podido terminar ese poemario que explora en el zumo de las palabras, pero hay una historia que me ronda en la cabeza y los dedos. La escritura, en mi caso, es así. Esas pequeñas historias que vivo o encuentro, que se quedan como un sedimento al fondo del ser, de la entraña. Y luego ahí se comunican, mientras yo vivo y conduzco y me ducho y camino y duermo y hablo. Y tejen lazos que jamás hubiera visto. Imaginan vecindades temporales y geográficas imposibles. Y de eso se trata la literatura. De cernir esos sedimentos porque yo no puedo vivir con su peso. De construir arquitecturas con palabras, porque si no escribir no