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Mostrando las entradas de septiembre, 2009

Quiero una ventana

Ayer por la noche el zapping me permitió volver a ver fragmentos de la pelicula sobre Sylvia Plath ( Sylvia , dirigida por Christine Jeffs). No es de la atracción-rechazo que me causa la Plath, ni de todo el drama con Hughes de lo que quiero escribir. Sino de la mesa de trabajo, siempre contra ventana, que aparece en la película: frente al mar, frente al campo. Y pienso en que eso me haría elegir una casa en un futuro: una ventana donde pueda estar mi mesa de trabajo, una ventana por donde pueda deslizar mis palabras, mi imaginación, mi ritmo interno, mis encabalgamientos, mis silencios. Pero aunque no es de eso de lo que quería hablar, no puedo evitarlo: ¿no es una especie de ironía que wikipedia le dedique un perfil amplio a Sylvia Plath , mientras que lo acorta para Ted Hughes y lo omite para Assia Wevill ? Bueno, pero vuelvo a lo dicho: quiero una ventana para colocar contra ella una mesa de trabajo, por donde...

Un mapa poético en oferta

Además de ganga, imprescindible. Si hacen click a la imagen todo se ve más grande, hasta mi fotito arriba. Sexta mujer de izquierda a derecha.

Simples conclusiones

En este último viaje, entre el vagabundeo por librerías y el trabajo sosegado en el jardín, pensaba en que mi aprendizaje no ha sido libresco, sino a través de los seres humanos. Y me interesa más lo humano que otro objeto de conocimiento: más que la teología me importa la sicología de la religión, sobre un libro me atrae más la conversación cara a cara con una persona. Lo que reflexiono tiene que ver con aquello que vivo a través de otras personas, junto a ellas. Cada persona ha dejado una impronta en mí. Unos enseñándome la disciplina, otros la apuesta por salir de mis barreras (mentales, sensoriales, oficiosas, espirituales), otros el perfeccionismo amoroso en el trabajo, alguno más el rigor ante la pasión. Me interesa más el mundo que la escuela. Me interesa más una biblioteca personal que la librería más vasta. Me interesa más compartir la experiencia y dificultad en el ejercicio de escribir que citar frases como si ostentara joyas.

Una revelación la tiene cualquiera

Querido Nacho: Por si acaso tu agencia Montegro Publicidad sigue llevando la cuenta de Jumex, aquí te envío una propuesta de guión para la campaña "Mi historia con Jumex". Aparece en primer plano un hombre regordete vestido de blanco con un crucifijo ajustado en su cuello grueso. De fondo se ve un avión de Aeroméxico. Él, muy sonriente, empieza a narrar: Recuerdo una vez que volaba de regreso de mis vacaciones por Cancún, le pedí a la azafata un jugo de manzana. Me entregó una deliciosa lata, de Jumex, claro. Y estaba tan rico tan rico tan rico el jugo, que le pedí otro más. Ya con las dos latas en mis manos, y mientras esperaba a que la azafata regresara a recoger la basura, se me ocurrió: "¿Qué tal si secuestro este avión ahora y digo que estas son bombas?, ¡Va!", entonces que tomo las dos latas como si fueran bombas, y que les empiezo a gritar que eso es un secuestro y que... Nunca olvidaré ese día: las fotos de los periodistas, las cámaras de televisión, mi foto

Y una tristeza

Crecí en Guaymas . Desde los 7 a los 16 años viví ahí, en la libertad del mar, de la gente abierta y desprejuiciada, entre los edificios antiguos del centro, en el malecón, en los enormes corredores de mi colegio y en sus ventanales desde donde se avistaba el mar y la cúpula de la iglesia de San Fernando. Ahora veo fotos: el centro anegado por un espejo inmundo de aguas chocolatosas y la cúpula de San Fernando colapsada. Pienso en sus vitrales que dejaban pasar la luz marítima. La dignidad de un templo que se levantaba alegre entre el barullo de carnaval o en el sopor del verano. Pienso en el panteón que siempre se inundaba con cualquier lluvia mediana. Tanto que mi madre no quiso nunca más la tumba de mi hermano ahí y la movió a una colina donde el agua no lo alcanzara. El agua inundando a los muertos no es tolerable. Mucho menos inundando a los vivos. Mucho menos destruyendo aquello que queda alto, de cara al cielo, como los vitrales de San Fernando. * foto facilitada por Lupita Ra

Dos alegrías a compartir

Iván Figueroa ganó el Premio Nacional de Poesía Clemente López Trujillo dentro de la Bienal de Literatura 2008 -2009, del estado de Yucatán. ¡Se antoja su libro! Y mi paisano de terruño, Juan Manz Alaniz , recibirá de La Casa del Poeta Peruano la Medalla al Mérito , un reconocimiento a treinta años de labor poética y promotoría cultural.

La nota que me hace el día, además de la lluvia

Aaaahhh, este es el tipo de noticia que me gusta leer, es el tipo de cosas que me gusta que pasen: Sí, ésta , aquí: Una necesidad, una idea transformadora, una comunidad que se une a los artistas para llevar a cabo el proyecto, artistas indagando en la condición humana y renovando el lenguaje de lo sagrado, piezas efímeras que como las oraciones perviven de otra manera más allá de su enunciado, la Iglesia abriéndose a las expresiones actuales del arte. Suspiro: qué ganas, qué ganas...