Mariana siempre había deseado una fiesta sorpresa. Y yo siempre había querido hacerle una. Pero me descubría antes de tiempo, o tenía que abortar la operación anticipadamente por la cantidad de preguntas que ella hacía hasta dejar por descubierto el plan.
Ayer su gran amiga Valeria lo logró. Citó a las amistades de Mariana en un bar y la sorpresa fue.
Por muchos años tuve (y aún tengo, pero con un espíritu y un inventario distinto) una frase impresa: "Mi gloria ha sido tener tales amigos" (Yeats).
Y al ver las fotos y videos de Mariana en las historias de instagram, sonriente, rodeada del cariño y la alegría de la amistad, pienso que también en su caso ha sido una gloria.
Y que todos esos vacíos que he dejado en mi relación materna con ella —por torpeza, incapacidad, taras o lo que sea—, los han llenado sus amistades, desde que era pequeña y ya hacía pandilla con Andrea, Paulina, Alejandra, Kristina, Simon; luego con Ivana, Alejandro, Julián, Conny; ya aquí en la Ciudad de México, con Sandy, Valeria, Maca, Natalia, Fernanda; y todos los nombres que sé, que no me sé, que se me revuelven, los que conozco y no conozco.
Este ha sido un año muy complejo para Mariana: se mudó a vivir sola, sacó adelante a su perrito que fue atacado gravemente por un pitbull, y todo lo ha superado con honores; y han sido sus amistades quienes nuevamente la han arropado, apoyado, acompañado, en todos esos vacíos que estúpida pero inevitablemente dejamos las madres.
Y si mi gloria han sido tales amigos, ahora mi gloria es atestiguar en Mariana su capacidad de entrega generosa, de apertura, de compromiso, de amor fraterno, de solidaridad, de amor benévolo con el que prodiga a los amigos, y también al mundo y a la naturaleza.
Feliz cumpleaños, Mariana, y que sigas siendo esta tejedora de redes generosas que son las amistades. Eso hace que el mundo sea mejor.
Te amo y te admiro sin medida.
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