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Mostrando las entradas de febrero, 2010

Piedras, juncos, agua y aire

Nunca puedo prescindir de la música para escribir. La música me acompaña, me inspira, deja mi conciencia a merced de otro ritmo, otro proceso, otra atmósfera. Ahora escucho música japonesa. Mientras las unidades melódicas , digamos, de la poesía japonesa son breves, en la música son más largas. Pero sus instrumentos tradicionales generan sonidos acordes con la naturaleza. Escuchar música tradicional japonesa y cerrar los ojos es escuchar el goteo del agua en los estanques apacibles, los pasos de pies menudos y ligeros sobre piedras redondas, el viento a través de los juncos.

De lo pequeño a lo inmenso

¿No existen estos casos? La iluminación en la voz del bambú. El resplandor del corazón en las flores de durazno. Sacerdote Dogen. El Zen ha dejado su impronta en la estética oriental. Esa precisión en el espíritu se transmite en la tinta que expresa lo breve y lo ímplicito. "Pintas bien la rama, y escuchas el sonido del viento", decía el pintor chino Chin Nung. En la poesía la búsqueda sería no describir el sonido del viento, sino hacer que el viento corra entre los sonidos palabras Hay otro elemento de la cultura japonesa: en la mínima expresión, expresar la mayor complejidad y grandeza. Seamus Heaney decía algo así como que la poesía debe ser capaz de mostrar la mayor visión de la realidad en la menor cantidad de palabras. Un florista, Ikenobo Sen'o, tenía esta máxima, muy sintónica con Heaney: "Un ramo de flores y un poco de agua evocan la inmensidad de ríos y montañas". Y pienso que, además , el jardín japonés tiene mucho que decirnos sobre su visión del mu

Palabras y un gato

No pienso en poemas , en versos, en frases, en ideas. Pienso en palabras. En unidades. ¿Como ideogramas quizá? Su nombre me regaló estas palabras: vasija mosca fénix cenizas Y él me regaló este gato de Foujita:

Voces en mi cabeza

Hasta no tener el manuscrito de A ras de vuelo ya en mi mesa, no podía entregarme bien a mis Caligrafías . Ya está . Aquí. Entero. Corregida cada errata. Listo para entregarse. Pero junto a mis Caligrafías , empieza a resonar otra historia, ¿cómo callarla? Necesito el silencio.