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Mostrando las entradas de julio, 2012

Hija mujer mayor

Mientras yo conocí junto a Cecilia el Museo del Templo Mayor, y me adentré a esta ciudad que sí es suya, que desde su nacimiento respira y asimila, Mariana ha estado en su tierra, conociendo lo que antes, cuando vivíamos allá, nunca pudimos ver: la isla del Tiburón, a los seris mismos.   Viajó con ellos de Punta Chueca a la isla, la pintaron, jugó con las niñas y al ganar un juego le regalaron un collar de conchas. Los seris, cuya lengua al parecer es raíz y no se ha encontrado un tronco del cual se derive,  tienen más de 50 términos para nombrar las relaciones de parentesco. Mariana no sólo sería mi hija, sino mi hija mujer, mi hija mujer mayor: esa con la comparto una cultura común, un paisaje común, un carácter y mucha mucha mucha vida juntas.

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Periodista+abogado+jesuita+Beltrones+PRI+espías de ultraderecha+PAN+espías de izquierdas+Kino+cultureros+Sor Juana+jóvenes activistas+san Francisco Xavier+todos los priístas+todos los panistas+... todas las horas que pueda sumar para sumarle páginas a esta historia.

Quemar naves

¿No es lo que la vida pedía? Cambio de ciudad, de casa, de una familia de dos a una familia de casi cinco que ahora es plenamente de cinco. El cambio de un perro a tres, y luego la despedida y nuevamente dos -aunque estamos a punto de ir por el tercero. Mi casa en Hermosillo ahora tiene otro dueño y ya no es mi casa, ni la de Mariana. Mi coche allá ya no es mi coche. ¿Y el trabajo? El trabajo era esa vía de tren, larga, con su parte obsoleta, con su recorrido ruidoso, pero que sólo evidenciaba lo lejos lejos lejos que estaba. Unos rieles sinuosos que empezaban a mis pies y quién sabe dónde terminaban entre túneles oscuros y curvas trágicas. Y cuando uno no se atreve, la vida se encarga. Y esa última nave que quedaba, ahora flota en brasas, ya en silencio, sin crepitar siquiera. O quizá éste sea el último crujido cuando la madera termina por hacerse ceniza. O eso quisiera. Que fuera ya lo último, para dejar de ver hacia ese horizonte, y buscar hacia otra dirección, tierra adentro.

Nos robaron

Lo que pudo ser la primavera mexicana. La ilusión de que la participación cívica de la gente podía hacer más que el perverso esfuerzo de una televisora. Y lo que es peor: la memoria en nuestro imaginario de una transición democrática ejemplar a la cual volver; el idiotismo acomodaticio de Fox nos robó hasta esa nostalgia; la sonrisa sospechosa de Calderón anoche y su pésimo sexenio nos confirmaron que han dado la espalda a la consolidación de una democracia que ellos mantuvieron anémica en estos 12 años, a propósito, se nota. ¿Cómo será un país gobernado por un presidente creado a cincel, bisturí y guión telenovelero por una televisora? ¿Cómo podremos abatir ese abismo hoy más visible, no sólo entre clases sociales y económicas, sino entre la educación crítica y participativa de un movimiento como #YoSoy132 y el de los ciudadanos alfabetizados por Televisa? ¿Qué pasará con una oposición que no es tal, representada por el PAN, a todas luces pactada con el PRI en esta elección? ¿Q