Desde hace cuatro años que vivo aquí en el DF la vida parece un tren de alta velocidad, mientras que mi mente se asemeja a una camioneta de los años 50 patinando sobre el fango, sin poder avanzar. Esa es la sensación que he tenido. Los acontecimientos van demasiado rápido, la información ha sido abundante y rauda. Me consolaba pensar que escribía por dentro, como me recomendaba Javier Sicilia para esos periodos; que en algún momento todo eso haría implosión y luego podría salir en mi escritura. El momento de implosión parece que ha llegado en forma de interrogantes, en forma de acertijos, en forma de brújula en mano sin saber a dónde ir pero con un instrumento para no perderme. Iba a escribir: es lo que quiero pensar. Pero retrocedí: no quiero dudar, creo que ese momento ha llegado, quiero que ese momento sea ya. *Instalación de Chiharu Shiota
Lo que ando incubando