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Mostrando las entradas de enero, 2008

Frío

Qué difícil es escribir por las noches cuando el frío es tan crudo. Nunca había vivido en Sonora un invierno tan largo como éste, con una gelidez tan constante. Mi cuerpo ya se va templando con el tecleo cuando a las 12 justo de medianoche siento una línea de hielo que me recorre la espalda. Anoche que luchaba con la compu bajo las mantas, contra las ganas de apagarla y acurrucarme para darme calor con mi propia piel, comprendí de pronto lo que siempre me había parecido absurdo e inexplicable: por qué Sylvia Plath se deprimió tanto durante un invierno como para suicidarse a pesar de estar sus pequeños hijos dentro de casa. Pero a pesar de comprenderla por un momento, siempre sigo inclinándome por esas figuras que dentro del dolor, de la enfermedad, de la tragedia, se fortalecen y fulguran. Entre Sylvia Plath y Flannery O'Connor , prefiero a Flannery.

La perfecta medida

Fue un día duro. En el que amigas importantes pasaron por momentos duros e importantes y siento no haber estado lo suficientemente cerca, en apoyo, en fortaleza. Fue una noche risueña. Con Mariana preparando el examen de Ciencias: mi hija de 12 se ha convertido en una persona aguda, ágil, lista; con nadie me siento más retada que con ella. Despunta otro día, el el límite de las cero horas, con una palabra que me salva: Amuesta, ambueza. Lo que cabe en una mano. No debería desear más de lo que cabe en una mano. No debería ofrecer más de lo que cabe en una mano.

Escritura limítrofe

Cuando comentaba mi sensación de tener el techo en la cabeza, la pared en la nariz, me refiero a la necesidad de romper límites y explorar más allá de ellos. Por eso me es muy estimulante leer a los autores que muestran, en alguna obra, esos límites. Celestino antes del alba , de Reinaldo Arenas, es un límite del juego del lenguaje como un caudal narrativo, autogenerativo; el Paul Auster de Ciudad de cristal , es otro límite del juego con el lector, un acuerdo siempre traicionado con el absurdo; el Milán Kundera de La insoportable levedad del ser , es un límite de la razón dentro del campo literario. Creo que Solitario de amor marca otro límite: el del amante que hunde su amor hasta la locura, hasta los torrentes sanguíneos y los líquidos biliares de su amada; el del amante primitivo, anterior al lenguaje, nadando en un marasmo de instintos, pulsiones, inconsciente. Uno entonces contempla habitaciones que antes estaban oscuras y uno empieza a perder el miedo a caminar en ellas.

Solitario de amor *

Envidio a quien lo escribió: con esa fuerza, esa intensidad, esa precisión aun en las entrañas, esa honestidad. Envidio el estilo: esa poesía vuelta narrativa, tan temerariamente, esa belleza. Envidio a quien me lo prestó: porque lo tiene, porque yo no. *De Cristina Peri Rossi

¡Esa es mi güera! ¡Esa es mi novela!

Mi güera, mi editora de Almuzara México, la Ruth Darnell, de vez en cuando se asoma por este blog. Así que leyó mis disquisiciones, justificaciones, rollos, sobre el título de mi novela. Intentó e intentó e intentó dejarme un comentario. Pero le fue imposible (blosgpost a veces no es muy amigable), así que reproduzco su comentario: "No necesitas buscarte argumentos, se queda porque ese es el nombre que escogiste TÚ para la novela, nomás , mejor argumento no puede haber. Pero la verdad, lo de alto y bajo me gusta, porque (ya que leí un poco de la novela) sí te remite a la historia: ese personaje tan encumbrado y excelente piloto vive al ras de la tierra, aunque vuele alto, y ese hombre tan íntegro y congruente con su vida y su realidad, vuela hasta el infinito sin siquiera despegar. Así que apoyo la moción: Se queda." Yo feliz: de tenerla por editora, de tener a Almuzara, de seguir enfrentándome a esta novela.

Ablución pública

Sigue la depuración. Ahora en la oficina, pues la semana que entra nos mudamos a una oficina propia, en la zona de Hermosillo que más me gusta. El tiempo se viene a mi mente como un carrete de negativos, antes de la era digital. Encuentro: papelitos con la letra incipiente de Mariana; hojas que coloreaba en las eternas tardes junto a mí; unas casitas de plastilina para habitantes marcianos que construyó sobre platos de hielo seco; fotos viejas, viejísimas; el outfit de alguna polly pocket abandonada; carteleras del cine recortadas con palomitas que señalan las favoritas entre las opciones infantiles. Pienso en la vida que nos ha traído aquí. Pienso a Mariana en el reclinable que he traído especialmente para ella, la pienso niña haciendo siesta, la pienso con su iPod o su nintendo DS ahora, en días recientes. Pienso en la vida que hemos construido. En preocupaciones que me invadieron. Encuentro: estados de cuentas, hojas de excell con el presupuesto del mes, listas de compras, listas de

Ándale: Sí

Alguien que con su novela dice SíNoSíNoSíNoSíNoSíNoSíNoSíNoSíNo... hoy recibirá de mi parte un : Ándale, sí . Y también un libro sobre el Corán. Libros, hijos, lecturas, escrituras, vidas, mojitos, años de silencio disipados de pronto. Y con creces, de seguro.

Llama no espera más

Debemos dar por extraviado el texto que Ramón Xirau escribió sobre mi poemario. Debo consolarme de que, como suele ser el modus operandi de RX, el texto no cuenta con duplicado. ¿Debo dar por tomada la posibilidad que me planteó: "Avíseme, le hago otro"?

Circe

Me dices que el 2007 fue un año difícil, duro, mucho muy duro. Puedo creerte. Puedo. Pero también puedo mencionarte que en el 2007 publicaste dos libros, terminaste tu maestría, avanzaste en tu tesis. En el 2007 tu hijo creció, aprendió a leer mejor, a hacer cuentas más rápido. Tu hijo genio siguió brillando, te siguió abrazando y besando. Seguiste trabajando en dos, tres -¿cuántas escuelas?- para que adolescentes lean y alguno, aunque sea uno, se enamore de los libros -o aunque de sea uno-. No faltabas al taller, ahí seguiste: comentando, sonriendo, leyendo. No abandonaste tus blogs. O sí, pero para abrir otro y otro y otro. El 2007 quizá, y por ello, haya sido muy duro. Pero ya es 2008, ya tienes tu tesis terminada y ya tienes fecha de examen y ya tienes una beca para un proyecto compartido... Y tu hijo ya descubrió a Mafalda.

El mejor recuerdo

Ayer Mariana me dijo: Lo que más recuerdo de mi tía Marina es que me enseñó a jugar basquetbol. Me sorprendió el dato, pero de inmediato recordé. Fue la primera vez que Mariana fue a la casa de la tía Claudia y la tía Marina. Ésta la llevó al patio, donde tienen una cancha y le enseñó a encestar. Me gusta guardar esas imágenes de la gente que se va: a unos bailando, a unos fumando, a unos bajando naranjas de los árboles, a otros montando a caballo. A Marina la recordaré, a sus casi 80, enseñándole a mi hija a encestar.

Adiós, Marina

Marina siempre: Alegre y platicadora Inteligente, aguda, abierta, con sentido del humor Fina, elegante, cariñosa, educada Bella Comentándome de tal o cual Mendívil Con la esperanza de encontrar un hilo real entre ambas Un hilo que hiciera visible el que ya nos unía de manera invisible sólo por simpatía, por cariño, por amistad Y lo encontramos: Mariana, mi hija, es una lejana sobrina bisnieta Más cercanas entonces Buena anfitriona Madre y abuela amorosa y solidaria Marina siempre:

Cortina al desierto

Esta es la luz que el poniente me trae por la tarde. Un raudal. La contemplación.

Batidillo

PoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovela NovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabrasNovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabras PalabrasNovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabrasNovelaPoemarioNovelaPalabrasPoemarioNovelaPoemarioNovelaPoemarioNovelaPalabrasNovelaPalabrasPoemario ¿ Cómo le hago para que este tropel de proyectos, este bullicio de ideas, se aislen uno del otro y sean, con orden: Novela Palabras Poemario ? ¿Cómo?

Ventanas libres

La literatura es parte del proceso existencial. No la coloco por encima. No es misión. Para eso, el querer ser una buena persona me basta. Ni por reconocimiento. ¿Qué representa la literatura dentro del vasto mundo de celebridades o de gente que hace actos realmente heróicos? En ese camino de querer ser una mejor persona, la literatura cumple su función cabal. No puedo ser sino escribiendo. No puedo sobrevivir, equilibrarme, sentirme feliz, funcionando en este mundo si no es por la escritura. Por eso siento que mis procesos existenciales están unidos tan estrechamente con mi escritura. Por eso cuando en mi vida tengo necesidad de deshacerme de cosas, también es de palabras. Cuando tengo necesidad de deshacerme a mí misma, también es de lo que he escrito hasta ahora. Por eso cuando ayer por la tarde vi que el jardinero había cortado las ramas de la bugambilia que cubrían la ventana de mi casa, y la luz entró generosa y risueña, sentí calorcito en mi alma, más claridad en mis pala

Un decir

Justo ayer hablaba de vados. Y sin más, apareció en la ventana de mi mensajero la palabra Alcanduz. Después, la nota: Es lo mismo que alcaduz, hoy diríamos cangilón o caño. Cuántas voces arábigas para designar el encauzamiento del agua: alcanduz, azud, albañal, atarjea, acequia, alcantarilla. Son tan sonoras como misteriosas. Alcanduz procede del griego Kados (tonel, cántaro). Los países tienen su profusión en ciertas palabras. La cultura árabe, con su arquitectura yespiritualidad, nos muestra la importancia que tiene para ellos el paso del agua. Así nosotros. La manera en que configuramos el lenguaje propio, la medida en que nos apegamos a unas palabras más que a otras, tienen la impronta de nuestra sicología, de nuestra herencia cultural, de nuestros procesos epistemológicos muy personales, de la tesitura de nuestra sensibilidad. Cada autor somos una patria con sus herencias y sus palabras.

Dolor y escritura

Antenoche, que tuve una reacción similar a cuando ha muerto alguien muy querido, pensaba en qué lugar tiene el dolor en mi vida. Sobre todo porque veo que para escribir, el dolor actúa como un cateterismo. La arteria colapsada que se destapa. El dolor es un agitador existencial, es un la huella de la memoria, es el cauce del pensamiento. Reconozco la memoria del dolor. Pero no hay dolor en mí. El dolor me ha dejado vados. Pero son ya tan planos, tan llanos, las piedras están tan lisas, la flora está tan lánguida, que eso ya no puede llamarse río, ni caudal, ni paso de otra cosa que no sea viento y una que otra ave. ¿Y qué son los vados sino cicatrices de la tierra? Alguien que rasgó su superficie y la abrió. Huella de un desangramiento, de una savia que se exprime y corre por un buen tiempo. Tengo cicatrices. Tengo memorias. Tengo cauces largos atravesando mi vida. Arenosos. Sin flujo ya. No. No hay dolor. Pero sí escritura que puede navegar en la memoria de sus afluentes.

Pérdidas y hallazgos

En las últimas semanas he estado trabajando en deshacerme. Deshacerme de cosas para deshacerme a mí misma. Tirar lo inútil para desaparecer lo estorboso que hay en mí. Pues anoche sucedió: encendí mi ordenador y no aparecía ningún documento. Cero textos, cero fotografías, cero videos. Nada. Me contuve. Era tan fuerte lo que enfrentaba que ni siquiera podía llorar o lamentarlo. Tuve esa sensación que he tenido cuando ha perdido la vida alguien muy cercano. No hay marcha atrás. ¿Por qué resistirse? Sólo hay un segundo adelante. Y ese segundo adelante nos llama a ser sin lo que se ha perdido. Pensaba: ¿Qué puedo considerar perdido? Por fortuna casi todo lo literario lo tengo respaldado. Pero me dolían en primer lugar las fotos. Fotos de viajes, de encuentros, de épocas, de personas queridas. Eventos escolares de Mariana, vivencias aquí cotidianas, videos breves... En segundo lugar, me dolía perder esas pequeñas cosas que no recordaba y que podían ser importantes. Alguna carta. Alguna

Por qué el mapa antiguo de rutas aéreas

1. Me lo regaló Jaime, en noviembre, antes de la FIL. 2. Me gusta tenerlo ahí por el diálogo y la complicidad que significa. 3. Me hace pensar que hay un mapa qué seguir para mi novela. 4. Me siento segura en la exploración insondable por cordilleras y tormentas de palabras. 5. Encuentro simbólicamente en él mi cartografía interna: mis ejes, mis coordenadas, mis formas, mis límites.

Vuelta

Ayer reanudamos el taller. Le tocó a Joso, un muy bien inicio, prometedor. Me entusiasma cuando veo cómo vamos creciendo cada uno. El taller no tiene coordinador, sólo cinco personas que coincidimos, que tenemos proyectos y queremos desarrollarlos. Sólo cinco personas algo calladas, que podemos compartir libros, películas, ideas, opiniones, visiones del mundo. Vuelvo a confirmar la importancia del punto de vista para narrar. Sin ese punto de vista, el autor se pierde, el lector nos pierde, lo perdemos nosotros. Y aunque parece algo fácil de lograr, la confusión y la ambigüedad es lo primero que sale al encuentro. Los personajes pierden su rumbo, el autor deja de ser un guía preciso y estratégico, la historia se diluye anémicamente... Luego en la noche -después de acostar a Mariana- a trabajar un poco, hasta la 1:30 am; luego leer media hora Solitario de amor , de Cristina Peri Rossi. Un libro que sólo me tolera lecturas en fragmentos de media hora. No puedo durar más tiempo tomada e

Menos es más

A escribir. P. D. ¿Por qué me estoy atreviendo a deshacerme de lo que nunca pensé?

Techos derribados

alguna vez tuve la sensación de tener mi cabeza aplastada por un techo que no daba más de sí. había llegado a mi techo y no encontraba la manera de derribarlo o recorrer un poco más su altura. me aterrorizaba sentir que ya no daría más de mí. no sé en qué momento dejé de sentir eso. algo pasa en lo humano que uno camina y se acerca a sus límites, a sus abismos. algo pasa en lo literario que el lenguaje es estirado hasta que la tensión se rompe y vibra. no sé en qué momento empecé a sentir eso. sé que un día volveré a sentir esa opresión sobre mi cabeza. para ya sé cómo estrellar mi puño para romper mi escritura y volverla a hacer.

Y se queda

A pesar de que dos personas me habían sugerido el cambio del título de la novela por su similitud fonética con Duelo de noche; y a pesar de que me hicieron dudar tanto que yo ya no llamaba mi proyecto por su nombre sino "la novela de los pilotos". A pesar de que la gran mayoría que conoce el manuscrito luchaban por no llamarla por su nombre . De repente los argumentos me parecieron débiles. Y lo consulté con mi experto favorito, llegando a las conclusiones siguientes: -Hay una aparente contradicción en el título (al hablar de lo bajo y lo alto, lo corpóreo y lo etéreo) que hace sugerente el título. -Hay significaciones múltiples que remiten el título y que tienen una especial importancia en la historia: a ras, aras, alas... -Las consonancias entre con duelo son débiles, en cuanto a que ambas palabras tienen diferente posición dentro del título. -La similitud fonética no tiene suficiente peso para desechar un título cuya fuerza está en su redondez semántica. -Como Duelo

De volada

Los mails de Ruth siempre tienen esa magia de alegrarme, de ponerme de mejor humor, de motivarme. Será que siempre inicia con signos de exclamación para saludarme. Será que este mail que recién recibo tiene todo ese tono exclamativo. Será que me dice que les ha encantado el avance que envié de la novela de los pilotos. Será que me comenta que los personajes son muy fuertes. Será que me asegura que muere porque entregue el resto. Me ha inyectado adrenalina por la novela. La suficiente para seguir motivada. Pero tomaré mi tiempo. El tiempo de A ras de vuelo. Sin dejar de escribir un día. Sin prisas.

El regalo

La letra es menuda y clara: envía el libro como regalo de cumpleaños y buen augurio para la Serie Roja . Es una versión bilingüe inglés-japonés de haikús, con fotografías del Japón profundo. Es un libro objeto de más de mil páginas. Un libro que para mí significa mucho. Porque esos jardines japoneses, a veces lluviosos, a veces de flores extrañamente bellas, son los que cruzamos en nuestras conversaciones desde hace ya más del un año. Porque este libro es tributo a una amistad profunda, llena de mañana ; porque es símbolo de una complicidad literaria y humana que insiste en mostrarnos los nudos de una red de coincidencias. He dicho mil gracias. Y no me han sido suficientes.

10 años

Miss Th me recuerda que hace 10 años nos conocimos. En Salamanca. Y pienso que lo que aprendemos y conocemos cuando estamos fuera de nuestra tierra se convierte en vital. En medio de otro paisaje, de otro acento, de otro tiempo, de otra cultura, de otra historia, las percepciones se muestran contundentes, inéditas, claras en la extrañeza. Tal vez lo que sucede es que tenemos hilos que nos conectan al terruño y nos dan una comodidad que nos hace aprender en un porcentaje más bajo del que lograríamos en otro contexto. Pero en el arraigo nos desarrollamos mejor afectivamente. Cuando estamos en el extranjero , desarraigados, esos hilos se rompen y toda nuestra mirada y mente se ponen alertas, con mayor desnudez ante lo nuevo. En esas circunstancias nos conocimos Th y yo. Cada una tiene su Salamanca a cuestas. Sus cicatrices de Salamanca, sus amores y nostalgias. Pero vivimos para contarlo. Y en el arraigo a nuestra tierra, de regreso, hemos podido conectar nuestros hilos afectivos. No

Decisiones empuñadas

Ayer en el taller les mostraba la bibliografía que leeré para mi proyecto del 2008. Y hablando, me di cuenta que primero debo leer todo lo referente al tema. Después, aquello que tiene que ver con mi exploración por la estética, la forma. Tambien decidí que una vez que entregue la novela de los pilotos (me han recomendado que cambie el nombre por su parecido con Duelo de noche ), me daré un periodo para leer solamente, no escribir. De 3 a 6 meses. Anoche extrañamos a Manuel. A Aurora. Nos hacen mucha falta. Desde aquí, para ellos, una rebanada de rosca y un muñequito a cada uno, pero en lugar de tamales: pan i sobrasada, amb a miqueta d' fuet.

Re-anudando

Hoy volveremos a activar el taller. Nos reuniremos aquí, en casa. Partiremos la rosca de reyes. Partiremos el texto de Alfonso. Brindaremos con un vino espumoso. Brindaremos textos y propósitos. Tomaremos nuevos acuerdos, quizá. Tomaremos nuevas dinámicas, quizá quizá. Anudaremos nuestros cabos sueltos. Desanudaremos a quienes deseen desatarse.

Eiffel

Veo la foto. Tomada desde un quinto piso, quizá. La vida nocturna de los edificios sombríos. Las ventanas, unas apagadas, otras encendidas, los coches distraídos y veloces abajo, y entre todos ellos: el haz de luz, cayendo sobre la torre incandescente. La torre.

Ya mero, ya mero

Hoy le toca a mi escritorio despojarse, reducirse al mínimo: adiós cds, adiós libros infaltables, adiós objetos rituales (mi caja de madera con bolígrafos, mis chinchetas en un canastillo seri, el listón rosa contra el cáncer de mama). Sólo mis tarjetas para trabajar, mi laptop, la lámpara. Hoy le toca a mi corcho: colocar el mapa de las rutas aéreas de la II Guerra Mundial que me regaló Jaime, reacomodar las fotos de aviones y pilotos. Adiós a los brazaletes del hospital del 2004 y 2005, adiós a mis pulseras del fonca, de la FIL, al trébol de cuatro hojas. El lunes será ese día en que nuevamente me adentre mi novela.

Para grito de guerra

"Pero ya hay que escribir, que al menos no aplastemos con palabras las entrelíneas". "(...) la palabra que pesca lo que no es palabra." "Muchas veces escribir es acordarse de lo que nunca ha existido". "La humildad como técnica es lo siguiente: sólo si nos acercamos con humildad a la cosa no se nos escapa del todo. Descubrí este tipo de humildad, que no deja de ser una forma curiosa de orgullo. (...) Pero el orgullo tiene la enorme desventaja de ser un error grave y, con todo el retraso que los errores causan a la vida, hace perder mucho tiempo". "Este espíritu de aventura es lo que me da la aproximación más neutral y real a la vida y, desordenadamente, a la escritura". " (...) quién sabe, yo también podría no escribir. Qué infinitamente más ambicioso. Es casi inalcanzable." Clarice Lispector, Para no olvidar .

Lectura para calentar motores

En el avión de ida y de regreso de mis vacaciones leí a Clarice Lispector, unos textos breves, crónicas cotidianas, que bien podrían ser parte de un blog. De Clarice me habló Karla Montalvo, amiga y ex compañera de habitación mientras fuimos becarias del fonca. Luego Jaime Soler, mi amigo y editor. Karla me dijo que la mirada de Clarice llevaba al lenguaje más allá de sus límites. Jaime me dijo que era dolorosamente extraordinaria. La leo y veo una visión compleja y un lenguaje flexible para cubrir esa complejidad. Las palabras parecen huesos estirados bajo tortura, para hacerlos crecer. Doloroso. Sí.

Año de la calma

Calma para sentir. Calma para sosegarme. Calma para estar en mí. Calma para esperar. Calma para decidir y hacerlo mejor. Calma para ser una buena madre de la adolescente. Calma para ser mejor dueña de Rabito. Calma para dedicar más atención a mis amigos y a mi familia. Calma para remodelar mi casa. Calma para mantener más orden y más desprendimiento. Calma para entregar manuscrito a editorial. Calma para leer sin escribir. Calma para decantar lo leído. Calma para iniciar la Serie roja. Calma para aprender. Calma para ser.