Ya sé cómo explicar el hallazgo que fue esta historia paralela sobre el desarrollo agrario en el Valle del Yaqui. Antes de la investigación completa: Es como si hubiera querido tomar una foto a gente, con el paisaje de fondo desenfocado. Ahora: la novela es como tener la foto de la gente y su vivencia en ese paisaje, una foto enfocada en el todo, en el sujeto y su contexto, con la misma claridad e importancia. A este regocijo se suma otro: las personas, las lecturas, los acontecimientos se muestran ante uno, el creador, como estelas de humo después de un acto de magia. Por todas partes me encuentro gente que de una u otra manera tiene que ver con mi novela de pilotos agrícolas: personas que han sido parte de los ejidos, pilotos, vendedores de insumos -fertilizantes e insecticidas-, y hasta la sombra de personas que confirman mi teoría de cómo acabaron muchos pilotos tras la crisis de los 80:¡trabajando como burros para los narcos!
Lo que ando incubando