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Mostrando las entradas de abril, 2008

Y para no hacerles el cuento más largo...

¿Por qué no escribes cuento? Es una idea que me llegaba a manera de pregunta, a veces a manera de recomendación, otras en forma de receta, o simplemente de duda. Me he metido a la narración sin relatar, sin cuentear. Pero desde el año pasado, que fue un año rápido e intenso, y mi mente generaba miles de proyectos a la vez, inicié mi exploración con los relatos. Ya experimentando en carne viva la dificultad de colocar pequeñas historias en escenarios breves, en pocos personajes, me doy cuenta de la sabiduría detrás de aquellas sugerencias-recetas. En esos microambientes que son los relatos, todas las dificultades a la hora de narrar se concentran y se deben resolver. Y uno debe echar mano de argucias, mañas, trucos para solventar el texto. Así que que tardé en aprender la lección.

Tenderetes

La novela ha abierto un camino para mí en la forma de trabajar. Investigué, detalladamente todo lo que tiene que ver con la historia: el ejido en México, el patrón económico de devaluación-crisis en los gobiernos de los años 70-80, fábricas de aviones, el oficio de la fumigación aérea, pesticidas, patrones de cultivo, música regional. Pero la historia de Daniel me llevó a estudiar sobre los profetas, especialmente de su homónimo. Ahora que empiezo la II parte, dedicada en gran parte a Daniel, rescato entre mis apuntes un esquema de interrelaciones entre Daniel el profeta y Daniel el aprendiz de piloto. Descubro que ese esquema, minuciosamente sintetizado, de las principales mojoneras en el camino profético de Daniel y en el camino de la aviación en el personaje joven es una especie de mapa para reescribir la segunda parte de la novela. Es una enorme ventaja tender previamente el universo en el cual vivirán y se alimentarán nuestros personajes; tenderlo en vastedad, para después ap

Álguienes

Hay días así. En que la vida ermitaña de una aparece con todas sus luces cercanas, acompañantes. Alguien presenta su libro. Alguien presenta a quien lo presenta. Esa alguien está feliz. Alguien más se muestra feliz de su francés perfecto. Alguien me presume sus kilos de más. Alguien me habla de dulces y deleites. Alguien y otro alguien y otro se citan esta noche alrededor de mi tequila, a la distancia y charlan. Alguien alarga su brazo y me habla del camino a Santiago, su paso humano. Alguien duerme en su habitación rosa, abrazada de su oso de peluche y me dice Te quiero, mami , cuando la tapo. Alguien dice que me extraña. Alguien dice que me quiere. Alguien dice que debo pagar impuestos. Alguien levanta sus orejas cuando digo su nombre y lame mi mano cuando lo acaricio. Alguien cuida de mis puertas. Que nadie que me dañe entre. Y soy yo, yo, yo, quien responde a uno y otro. Quien abre las puertas. Quien escribe, quien siente, quien piensa.

Stolen poem

"Negocio de nadie" es un blog para encontrar siempre un nuevo destello en las citas, fragmentos, reflexiones, poemas que Ricardo Solís pesca. Lo más valioso, ver a través de ello el acercamiento humilde y apasionado que exige la poesía. La poesía, eso que se publica tan poco, de lo que se habla tan poco. Ricardo, con tu permiso, te voy a robar el poema que ahí cuelgas. La lenta concepción de una metáfora o bien ese temblor que a veces queda después de haber escrito algunos versos ¿justifican una vida? Sé que no. Pero tampoco ignoro que, aun no siendo cifra de una existencia, esas palabras dirán que quien dispuso su armonía supo ordenar un mundo. ¿Y eso basta? Los años van pasando y sé que no. Hay algo de grandeza en esta lucha y en cierto modo tengo la difusa certeza de que existe un verso que contiene ese secreto trivial y abominable de la rosa: la hermosura es el rostro de la muerte. Si encontrase ese verso, ¿bastaría? Tal vez no. Su verdad, ¿sería tanta como para crear un

Prolepsis, analepsis y racconto

Es curioso que la vida se comporta como las unidades en los libros de texto. Ahora que reflexiono sobre el tiempo en mi novela, para poder dar con certeza y eficiencia los saltos en el tiempo que debo dar, vienen lecturas, conversaciones sobre el tema, que se abren de manera fortuita. Y aparecen hasta que queda dominado el tema. Fortuita ha sido también la pregunta de una lectora, que me lleva a reflexionar sobre algo muy necesario y vital para la II parte de esta historia. Prolepsis y analepsis. Me ha dejado un comentario en un post antiguo (buen salto al pasado de mi escritura) y me pregunta la diferencia estre prolepsis y analepsis. Alguien que no es especialista, sino meramente lírica, autodidacta, que descubre la escritura y sus componentes mientras escribe, como lo soy yo, sólo atino a decirlo de manera sencilla: Prolepsis es dar un salto al futuro, desde el tiempo en el que estás narrando. Analepsis es un salto al pasado, un flashback. El flashback es repentino y rápido; en ca

...de qué sirve

preguntarme si sigo o reviso hacia atrás para recapitular, amarrar lo suelto, llevar anzuelos a lo siguiente, pasar el hilo por un camino de agujas, através de sus ojos... de qué sirve consultarlo con los de siempre, si diré -como siempre-, sí, pero volveré porque... fluyo a través de los nudos, como un tapete que se teje o se tiñe, se teje y se tiñe...

Cuando se va la luz, se prende el foco

Tengo semanas semanas semanas no saben cuántas semanas pensando en ese brinco o en esos mosaicos sin emboquillar o en esos ladrillos sin enjarrar, en esas dos partes separadas abruptamente, pero que querían quedar pegaditas sin cicatriz. No sale. Nada más no sale. En mi mente muevo piezas. En mis papeles revuelvo fragmentos. Pienso pienso pienso. Hoy cuando venía de regreso a casa me dije: en la compu, ya no en tu mente, sino en la compu resuelve. Cinco kilómetros antes de llegar a casa veo oscuridad. Llego a casa y veo oscuridad. No hay electricidad. El arreglo llevará mínimo dos horas, CFE dixit. Enciendo velas, me pongo mi pijama, me lavo los dientes, la cara, consuelo a Rabito que teme a la oscuridad, abrazo a Mariana y decido dormir. La mente, la mente, la mente. De pronto, pum, sonidos de aparatos que despiertan, luces que reviven. Y saco la compu, pongo a The Idan Raichel Project y me pongo a escribir. Y sí, el foco se prendió. Y ahí está. La transición entre la I y la II part

Cosa de albañiles

Lo que hago ahora con la novela es como pegar mosaicos pero no emboquillarlos. Es como levantar una pared e ladrillos, pero sin cubrir con yeso. Me molesta sentir esos bordes, esos inacabados, esos pegostes, esas irregularidades en mi escritura. Pero he aprendido de la construcción ahora que estuvieron los albañiles aquí. Llega un momento del emboquillado, del enjarre, de la pintura y la segunda mano. Llega ese momento, a su debido tiempo.

Perra

Rabito anda desorientado . Su espacio es otro, su casita con su cama está en otro rincón. Yo también busco mi rincón. Paseo con mi laptop como una cigarrera que busca que busca qué vender y a quién. Anoche encontré un lugar en el que permanecí buen tiempo y donde pude tomar apuntes para lo que sigue de la novela. En el comedor, con la música cerca, con la ventana nocturna enfrente, con Rabito a un lado, desde su nuevo espacio, asomándose, levantando sus orejas, ladeando la cabecita, olfateando. Sí, yo también me doy cuenta que la casa huele distinto, que tiene otros sonidos. Le digo a HG que soy canina, que soy territorial. Me pregunta si es un descubrimiento. Me río por su ironía: me queda claro que soy más canina y más territorial de lo que creía.

Murosaki & Murokami

Murokami y Murosaki. El revés y el envés. Mi orden. Para provocar el caos.

Construcciones

Remodelar era necesario. Lo primero fue una pared que cayó y con ella los compartimentos donde organizaba mis libros, mis ideas, mis palabras. La estructura de mi casa cambió, la de mi novela cambió. Pero por días deambulé entre escombros, cajas apiladas, polvo, oscuridad, muebles desensamblados, por días habité en el caos. Personajes que querían ceder ante otros, tiempos inconexos, vidas en riesgo de perder la tensura de sus hilos. Hubo un día en que la casa se me venía encima. La vida se me venía encima. Los recuerdos, el pasado enterrado en capas muy subterráneas repentinamente salía como el petroglifo o la vasija conviviendo con fotografías y palabras actuales, futuras, pasadas. Las capas temporales de mi novela empezaban a permearse una a otra, como palimpsestos, karmas, ciclos que giran y nunca se cierran. Y hubo otro día en que las manos de Ana y de mi hermano Jorge y de mi padre hicieron lo propio para ayudar al orden de casa. Y Jaume y Letty y Luis y Javo fueron mis escuch

ELIAS KHOURY dixit

La literatura no versa sobre la realidad, sino sobre el lenguaje. Todas las palabras son metáforas. Escribir es construir nuevas metáforas sobre metáforas que ya existen, lo cual no es obvio ni evidente. Es algo que tenemos que descubrir cada vez. La literatura es el lugar donde se innova y recrea el lenguaje, un espacio en el que se inventa el lenguaje a partir del lenguaje mismo. El escritor que no indaga en la naturaleza del lenguaje no crea, sino que se limita a repetir lugares comunes. Escribir es limpiar el lenguaje de prejuicios y clichés. *Para leer la excelente entrevista completa, pulse aquí .