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Mostrando las entradas de mayo, 2013

13 de mayo

Inician las lluvias de verano, que parecen llegar con el cumpleaños de él. Recuerdo cuando venía del desierto. El calor desaparecía debajo del avión y, un par de horas después, yo aterrizaba en lluvias torrenciales. Llegaba a su casa y a torrentes también recibía el aroma de la hierba mojada (hierbas que no existían en mi desierto), la sensación de humedad, el frío en las vísperas del verano. Así, con el sonido de la lluvia de fondo, celebrábamos su cumpleaños. Lo recordé anoche y esta tarde en que celebramos sus 46. Recordé el aroma a hierba mojada como algo ausente que reaparece dominándolo todo. Ya no como algo ajeno; sino como un recuerdo que vuelve y se hace presente. Ahora que somos siempre presencia, cada día de nuestras vidas.

Propuesta a mi vecina de abajo del escritorio

¿No te gustaría formar parte de un taller literario? No es necesario que escribas... ¿Sí?

Cosas que se extrañan

Creo que extraño el taller. Contar con un grupo de compañeros para que lean lo que voy escribiendo y me den referentes sobre mis palabras: errores, aciertos, lugares comunes, omisiones, debilidades, fortalezas. Amigos con quienes no sentirme sola en este peregrinaje a oscuras que es la escritura. Colegas que me presten sus ojos para ver desde otra mirada y conciencia mi prosa. Extraño a Javo y su perenne escepticismo y sus referencias constantes a Vargas Llosa Extraño a Letty con su sentido de unidad y visión profunda, para terminar siempre sus sugerencias con un: sí, pues. Extraño a Joso con su parsimonia y esas lecturas con el otro lado del cerebro (no sé cuál, pero siempre era otro). Extraño a Alfonso, con su agudeza, honestidad, y el gran poder que tenía para desarmar soberbias, orgullos, apegos, querencias. Extraño a Manuel con su lectura madura, respetuosa, de largas andaduras por estas faenas. Extraño a Aurora, la arquitecta y miembro adoptada, buena lectora y carisma que