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Mostrando las entradas de marzo, 2008

Sábado

Mariana regresa. Rabito se casa.

Declaro

1. Mi casa no se destuyó literalmente, sino simbólicamente. 2. Está en remodelación. 3. Mi novela también. 4. Ya regresé de vacaciones, sí, viva, descansada y contenta. 5. No he tenido ganas de postear, sigo en Tronkea. 6. ¡Chin! ¡Tengo que declarar impuestos! 7. ¡Ana volvió! 8. Mis editores de poesía y de narrativa, Jaime y Ruth, me hicieron el día. 9. Adoro a mis sobrinos. 10. Extraño a Mariana

Sí: felices pascuas

El meu molt estimat Jaume siempre es atinado, pertinente, provocador de sonrisas. A pesar del caos que es mi casa, mi mente, mi novela, me voy con una sonrisa a enfrentarme con mi casa desmantelada, después de esto que me envía.

Siguiente

Allá está. Esa piedra o esa otra, ese promontorio, y esa saliente. Aquí estoy, en terreno firme, confiable. Ahí está, el precipicio. Se requiere un brinco. Debo decirlo bien: necesito saltar. Me urge saltar. No temer, no: saltar. De esta parte de la novela a esa otra. De esta parte de la casa a esa otra. De esta parte del corazón a ese otr... No: ese salto no urge.

El Chito

No puedo evitarlo. Cuando veo una nota de una avioneta que cae mis ojos son llamados. Cuando leo Valle del Yaqui, mis ojos son llamados. Cuando leo el apellido Frías junto con avioneta que cae y Valle del Yaqui, mis ojos son llamados. Y sí. La tragedia es este rompecabezas de palabras y hechos y tiempos y circunstancias. Un avión con fallas mecánicas desde hace días, un cable de alta tensión, el cansancio de la tarde de un piloto que vuelva desde la madrugada, y de repente todo acaba. El Chito siempre me recordaba a mi hermano Martín. Como caminaban. La expresión seria e introspectiva. Por ser ambos los mayores de una pandilla tupida de hermanos. El accidente del Chito me recuerda el accidente de mi hermano. Pienso en mi tía Celi como en mi madre. Y me recuerdo como entonces: paralizada, callada, sin entender.

Suerte de disculpa

Cuando estoy muy metida en un proyecto literario me enconcho, convierto mi mundo en un espacio hermético. Mis amigos me pierden. Soy muy torpe. Me siento con miles de cartas en las manos, buscando la mejor estrategia, temiendo fallar. Pero es un juego solitario, donde solo cabe el soliloquio: es decir, el bullicio atropellado de todos esos personajes dentro de mí.

Astillas

Mi casa está destruida. Cuando vi el espacio abierto, sin la división de mi murokami entre la sala y la estancia, me vino a la mente esa idea. Una idea. Esa idea. Muchas ideas. Romper la estructura de mi novela. Romper el tiempo como venía. Romper la la separación tan decente entre cada personaje. Romper con lo planeado inicialmente. Destruir, contrastar, quedarme con mis personajes astillados.

Hasta la vista, don Eloy

Don Eloy hizo la América. Salió de una pequeña aldea asturiana y por esas filigranas de la vida llegó a Hermosillo. A los 77 años, don Eloy se va de este mundo seguro de que sí, hizo la América, y también una familia de gente fuerte y capaz también de una gran ternura. Anoche la casa estaba llena. Solamente familia. Una familia grande, muy grande, para un hombre que llegó solo a este terruño, tan lejos del suyo. A don Eloy le gustaba decir "Está muriendo mucha gente que antes no se moría", y recuerdo esta frase porque de esa manera recuerdo lo mejor de él: su irreverencia, su sentido del humor y esa risa que soltaba después de sus ocurrencias. Pero lo que más me gusta de don Eloy es su familia, una familia a la altura de un hombre que luchó tanto desde niño.

Sí pero no

Otra frase sobre lo autobiográfico pero no en el trabajo literario, ahora del poeta Francisco Brines : "El poeta se enfrenta a la página en blanco como si fuera un espejo. Y en ese espejo te reconoces, sabes que eres tú y, sin embargo, no tienes tus mismos rasgos. Por eso buscar la vida en la creación es un camino falso. Tu yo no es el yo del poema. El que escribe es una especie de personaje poético".

Vacío

Mi Murokami pronto dejaré de serlo. El miércoles empiezan las reformas en casa. Mariana me ha ayudado a vaciarlo este domingo. Pronto tendré otro librero de muro a muro, doble cara, que aumentará la capacidad para hospedar mis libros. Ah, pero ya no será Murokami, sino Murosaki.