Alicia, la novia de mi hermano Martín , me invitó a montar. A pelo. Sin silla de montar. Yo era niña. Tenía quizá 10 años. Anduvimos por el monte, lleno de brizna seca, con el sol muy bajo y naranja. En el silencio montaraz, ella me cantaba "La flor de capomo", ¿la conoces?, me preguntó. Le dije que no, entonces me la cantó en mayo. Este es uno de los momentos más memorables en mi niñez. Tiempo después, en una fiesta en el campo donde había música en vivo, mi padre quiso complacerme con una canción. "La flor de capomo", pedí, y mi padre sonrió extrañado y orgulloso a la vez. Desde entonces, para él esa es mi canción. Sí, esa es mi canción. Nunca he visto una flor de capomo. Queda poca gente que la ha visto. La flor de capomo crece en los ríos. Y ahora el río yaqui y mayo ya están secos, por lo que la flor de capomo es ya casi mítica. La raíz es muy extensa y con muchos tentáculos. Es como un estropajo estirable que se clava muy superficialmente en la tierra. El t...
Lo que ando incubando

Comentarios
Contrario a mi costumbre de leer a pausas poesía y devorar en una noche novelas, en esta ocasión no pude menos que paladear cada capítulo pausadamente.
Y cuando quiero comentarte acerca de, más lento e impreciso me encontré. Tenía una lista de comentarios que terminarían por repetir todo el libro. Tú sabes que soy un lector y mero aficionado a enterarme de asuntos literarios, pero a mi escaso entender, en lugar de todo lo que quería decir, me vino de golpe, como cerillazo, la impresión que resume mi opinión: en esta novela eres una RULFIANA, y ya sabes lo que se dice de las comparaciones, pero esa sensación me provocó y me queda el sabor. Enhorabuena! MARIA ANTONIETA con MAYÚSCULAS!!!!!
Al vendedor de El Sótano se la perdonamos. Uno de los diálogos más ricos y emocionantes que tuve fue justo con los vendedores de piso de esa librería: lectores exigentes, apasionados, atentos.
Y me emociona igual ahora que me compartes tu experiencia de lectura. ¿Qué más desea uno al escribir? Nada, sino eso: el disfrute, las resonancias, que un lector te lea y te escriba sobre su disfrute lector.
Saludos, Coyote, a ti y a tus ángeles siempre.