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La Meri

Sé lo que es una abuela. Perder a una abuela. Sé lo que es perder a una madre. Pero no alcanzo a ver lo que para mi padre es perder a su madre.
Hace tiempo fui a despedirme de mi abuela. Hablaba siempre de que le faltaba poquito. Se deshacía de su ropa de invierno, porque al de ese año no llegaba, quizá, sólo quizá, rozaba el otoño. Y vimos varios inviernos llegar a su cuerpo delgado, que funcionaba con ayuda de oxígeno, con la premura de conseguir un trapo con qué sobrellevar el frío. Aquella vez bromeamos. Recordamos eso que siempre decía: "Cuando me muera quiero reencarnar en un gringo greñudo, con ropa de cuero y lleno de tatuajes, de esos que andan en una Harley Davidson", y aunque parece broma, nosotros sabemos que no: que efectivamente ella era ese tipo de mujer, libre, con sentido del humor, original, que creía en la reencarnación y que ser un chopper era su ideal de otra vida. Me despedí de mi abuela. Y supe lo que es perder una abuela.
Hoy escuché a su hijo. Mi padre. Hablamos de la familia, recuerdos, sentimientos. Mi padre es tan papá que olvido que es hijo, y que ya perdió a sus dos padres.
Murió la Meri, como le llamábamos, aunque mis primos le dijeran "la mami".  Murió la Meri y elijo los recuerdos de ella-abuela escalando cerros con los nietos, haciéndonos mantener la calma en los precipicios. Sí: elijo su voz calmándome en el precipicio. Y espero que ella pueda tener la opción de elegir esa otra vida: la de un gringo de cabello y bigote largo, lleno de tatuajes de mal gusto, arriba de una Harley Davidson. Corrijo: arriba de una bellísima Harley Davidson.



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