
Hace días Eve se preguntaba por la reacción de los intelectuales ante el incendio de la guardería ABC. Y me dejó pensando mucho.
Después de 5 marchas, de diversos gestos espontáneos y ciudadanos, después de la presión social ejercida no desde los medios sino desde la entraña de la gente, después de que Hermosillo (tan individualista y encerrado) salió a la calle en cantidades y expresiones colectivas nunca antes vistas, puedo responder eso que me vino primero a la cabeza cuando Eve me hizo la pregunta ¿dónde están los intelectuales?: ¿Para qué queremos a los intelectuales?
La información y las críticas y opiniones han circulado de correo en correo, de blog en blog, de llamada en llamada, de facebook en facebook. Los padres de los niños fallecidos han tenido voz por ellos mismos. Las familias de las víctimas han abierto su propia web.
Ningún medio ha podido ocultar lo ocurrido. Porque los medios ya no son esos espacios maltrechos o no que estaban para dar voz a los que no la tenían. Hoy todo mundo puede tener voz y una tribuna visible. Hoy todos podemos conectarnos.
Los intelectuales ya no son esos seres pensantes que hacían visible lo que se manenía invisible, oculto, censurado. Los intelectuales sí que pueden ayudarnos a discernir e interpretar entre tanta información a la que tenemos acceso. Pero ahora como parte de la realidad a analizar está la voz directa de la gente -no teorías, no estudios, no abstracciones-; la vida concreta de personas que experimentan en carne propia los problemas, los abusos de poder, las consecuencias nefastas del tráfico de influencias.
Cada ser humano hoy es consumidor y generador de información, cada ser humano hoy está conectado a redes de información más rápidas y profundas que las que generan los medios masivos, cada ser humano puede tener una voz visible y conectada con la comunidad. Esto cambia totalmente los paradigmas de comunicación y de generación de opinión pública.
Tal vez es por eso que algunos intelectuales, artistas y escritores de Hermosillo se unieron a este movimiento de una manera distinta: pintando muros, marchando en el anonimato junto con la gente, generando cadenas de información entre amigos, llorando, hablando con los hijos, exigiendo justicia con la voz de los afectados que hoy son los protagonistas y los auténticos generadores de opinión.
Después de 5 marchas, de diversos gestos espontáneos y ciudadanos, después de la presión social ejercida no desde los medios sino desde la entraña de la gente, después de que Hermosillo (tan individualista y encerrado) salió a la calle en cantidades y expresiones colectivas nunca antes vistas, puedo responder eso que me vino primero a la cabeza cuando Eve me hizo la pregunta ¿dónde están los intelectuales?: ¿Para qué queremos a los intelectuales?
La información y las críticas y opiniones han circulado de correo en correo, de blog en blog, de llamada en llamada, de facebook en facebook. Los padres de los niños fallecidos han tenido voz por ellos mismos. Las familias de las víctimas han abierto su propia web.
Ningún medio ha podido ocultar lo ocurrido. Porque los medios ya no son esos espacios maltrechos o no que estaban para dar voz a los que no la tenían. Hoy todo mundo puede tener voz y una tribuna visible. Hoy todos podemos conectarnos.
Los intelectuales ya no son esos seres pensantes que hacían visible lo que se manenía invisible, oculto, censurado. Los intelectuales sí que pueden ayudarnos a discernir e interpretar entre tanta información a la que tenemos acceso. Pero ahora como parte de la realidad a analizar está la voz directa de la gente -no teorías, no estudios, no abstracciones-; la vida concreta de personas que experimentan en carne propia los problemas, los abusos de poder, las consecuencias nefastas del tráfico de influencias.
Cada ser humano hoy es consumidor y generador de información, cada ser humano hoy está conectado a redes de información más rápidas y profundas que las que generan los medios masivos, cada ser humano puede tener una voz visible y conectada con la comunidad. Esto cambia totalmente los paradigmas de comunicación y de generación de opinión pública.
Tal vez es por eso que algunos intelectuales, artistas y escritores de Hermosillo se unieron a este movimiento de una manera distinta: pintando muros, marchando en el anonimato junto con la gente, generando cadenas de información entre amigos, llorando, hablando con los hijos, exigiendo justicia con la voz de los afectados que hoy son los protagonistas y los auténticos generadores de opinión.
Comentarios
Lee el reportaje que hizo Marcela Turati para la revista Proceso. Se publicó este domingo 26 de julio. No tiene desperdicio.
Salud
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FA
¡Saludos!