Con él podía dialogar de lenguaje, poesía, grilla cultural, sueños, proyectos. Escurridizo, como quien esto escribe; no dado a las tertulias ni a la vida social entre escritores, como quien esto escribe; nos encontrábamos aquí y allá, ambos en la faena: él haciendo diligentemente lo que le tocaba hacer, y yo cumpliendo con mi parte lo mejor posible.
Nos hemos leído. Nos hemos comentado. Pero este domingo, casi de madrugada, arrebujada con la compu en las piernas y un café al lado, he recibido la alegría de este comentario sobre A ras de vuelo, que Iván subió a su blog.
Comentarios
Un abrazo y te deseamos que los nuevos horizontes te lleven a sorpresas gratas!
Qué alegría encontrarte aquí, las palabras de ambos. Y tus buenos deseos.