De terminar el trabajo del día, no importa la hora que sea. Los niños están dormidos después de compartir el día. El silencio y la calma. Mi pijama. Meterme bajo las mantas tibias. Y, por fin, tener tiempo para leer. No importa las páginas que pueda antes de que me venza el sueño.
Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre
Comentarios
Después de un día con muchas actividades, es reconfortante llegar al tiempo de lo que nos gusta hacer, a menudo pasa que trato de apresurarme para poder lograrlo, solo termino muy cansada y al momento de tomar un libro o lápiz y papel termino dormida (creativamente también). Pero tienes razón no importa las paginas , el objetivo es hacerlo.
Saludos!!
Carolina
¡Saludos!