Hemos quitado uno de los barrotes de la cuna, y ahora Cecilia tiene una cama. O una semi-cama. Seguramente un poco tarde, pero es nuestra pequeña. Una pequeña con hábitos extraños, como despertar a las 3 am para carcajearse hasta volverse a dormir. La cama no le ha quitado la costumbre: sigue riendo, pero es bueno saber que no se baja de la cama para ir a asaltarnos a sus padres a punta de risas.
Ahora que es niña grande, también le leemos su cuento nocturno. Y duerme sin problemas después de suspirar complacida con cada historia y los besos de papá y mamá.
Comentarios
Bien por la niña grande! :D
Un abrazo!
Eidania