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Sólo quería una parcela libre

Me siento como una ingenua que invade el territorio de una pandilla desconocida, decide pertenecer a ella, y para ser aceptada se expone a pruebas arbitrarias.

He invadido el territorio blog. En los posts que me han dejado ya veo que hay un estilo bloggero, poner mi currículo es kitsch e innecesario, los temas deben ser tan fugaces como espontáneos (como si eso existiera y como si no conllevara su buena dosis de estupidez). Me piden pactos de sangre que siempre me ha dado desconfianza sellar; me piden ciertas vestimentas, ciertos arneses en un territorio que se supone libre.

Yo pretendía tener una Web a lo fácil. Me equivoqué de lugar. Pero entrar en esta pandilla tiene algo de fascinante. Preguntarme qué sentido tiene el blog me ha llevado a preguntarme qué sentido tiene entonces escribir; qué sentido tienen ciertos temas; qué sentido el oficio que día a día se fragua hacia un estilo.... ¿cuál?

Cada día recibo mensajes, posts, mails. Esta es una mafia que me acoge con igual calidez que hostilidad. Un blog es. Un blog no es. Ya entenderás. No entiendes. ¿Sabes lo que es un blog? No lo sé, sólo quería tener una parcela en el ciberespacio. Un estand para colocar mis palabras. Para colocar mi nombre.

Para colocar eso que ahora mismo lucho por colocar.

No sé si hay un estilo blog. No pretendo ser una escritora blog. Quiero ser una escritora. Me gusta el papel, me gusta ese objeto elegantemente pudoroso y retro llamado “libro”. Quiero ser escritora de libros.

Ser escritora de blogs me suena a ser amante por messenger.

Quiero páginas que se hagan amarillas. Letras bruñidas en ese espacio blanco, delimitado, poroso. Quiero compañero de viaje. Portada que intriga. Objeto que se roba o hereda.

Quiero escribir sin preguntarme por qué escribir. Quiero escribir hojas que se tocan y sienten, que se pasan con misterio y temblor. Hojas que vuelan y suenan en un aleteo seco. Hojas que vuelan.

Comentarios

Arnoldo Garzón dijo…
Yo creo que el tener un blog, por su propia naturaleza amorfa, no debe ajustarse a lo que digan los demás. Este es un fenomeno que abre muchisimas posibilidades de expresión, entre ellas, el satisfacer la necesidad de escribir de su autor.

"No hace falta escribir en un formato en concreto, sino que lo que hay que hacer es simplemente escribir".
- Diego Martin Lafuente

Mi recomendación es que si este medio te proporciona el placer de escribir, siguelo haciendo tuyo, con o sin lectores.
Anónimo dijo…
Yo lo que creo es que te estás tomando demasiado tiempo en alimentar tu propio delirio de persecución. Sería mejor para tí, dejarte de consideraciones sectarias y si ya estás en ésto disfrutarlo porque en lugar de blog personal va a parecer foro de discusión, y pues esos ya hay muchos.
Comparto tu apego a los libros "de carne y hueso", pero al final la letra es la letra y las ideas son eso: ideas..

Relájate, mujer...
Quimerista dijo…
Quién es Diego Martin Lafuente?
sylvíssima dijo…
Yo no sé quién es ese tal Lafuente pero seguro no ha oído hablar del queísmo.
No se tomen tan a pecho lo que digo. Gracias por sus comentarios.
Definitivamente, la realización de un bloggero es esperar a cambio de un post, la concientización de otro personaje en cuestión, no solo porque se espera la contemplación de nuestro propio sentir sino porque se delimita la igualdad entre las emociones y las creencias.

Se entablan nuevas relaciones y se aprende en definitiva que aunque el mundo es tan distinto y a veces tanta la distancia, que bastan un simple grupo de palabras para unirnos.

Sabe, me gusta eso de

Ser escritora de blogs me suena a ser amante ....

Una amante personalizada con y para el sueño de convertir pensamiento en libertad, y libertad en palabra...

Su amiga que le lee
Daanroo
Igual comencé a leer en este espacio desconocido, con incertidumbre.
En un principio ni siquiera caí en cuenta que conversaba con una escritora . Y mira que eres de este mundo ( todavía me imagino a quienes escriben como de otro planeta, será porque algunos nunca responden o se olvidan de su blog ). Es bueno saberte de carne y hueso.
Muchas gracias, Coyote, por acompañarme en este trayecto en reversa. Ojalá continúes aquí. Entre las palabras de carne y hueso.

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