
El buen Élmer. El de voz pausada, suave, que también se usa en el norte, en los pueblos, en los porches, en las tardes de café.
El que prefiere leer en los ejidos que en los grandes encuentros.
El de poco vino, el de mucho Leonor, el de muchos amigos, el de tan poca pretensión como mucha pasión por la literatura.
El buen Élmer es el bueno.
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