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Construcciones

Remodelar era necesario.

Lo primero fue una pared que cayó y con ella los compartimentos donde organizaba mis libros, mis ideas, mis palabras.

La estructura de mi casa cambió, la de mi novela cambió. Pero por días deambulé entre escombros, cajas apiladas, polvo, oscuridad, muebles desensamblados, por días habité en el caos. Personajes que querían ceder ante otros, tiempos inconexos, vidas en riesgo de perder la tensura de sus hilos.

Hubo un día en que la casa se me venía encima. La vida se me venía encima. Los recuerdos, el pasado enterrado en capas muy subterráneas repentinamente salía como el petroglifo o la vasija conviviendo con fotografías y palabras actuales, futuras, pasadas. Las capas temporales de mi novela empezaban a permearse una a otra, como palimpsestos, karmas, ciclos que giran y nunca se cierran.

Y hubo otro día en que las manos de Ana y de mi hermano Jorge y de mi padre hicieron lo propio para ayudar al orden de casa. Y Jaume y Letty y Luis y Javo fueron mis escuchas para que el caos escampara de mi novela. Y las ideas volvieran a tener conexiones y los personajes su tensura y el palimpsesto su sentido liberador.

Y heme aquí, lista. Lista.

Comentarios

T H dijo…
En el lenguaje de los sueños, la casa es el símbolo más representativo para el YO. El estado en el que se encuentre la casa que soñamos, es el estado de nuestro interior. Y no hace falta estar dormido para saber que también despiertos la casa por lo general dice algo sobre quiénes somos. Hacerle cambios al edificio concreto, seguro genera modificaciones en el onírico. Luego el último vuelve a proyectarse sobre el real, y así una y otra vez: símbolo y referente alimentándose constantemente. Y tu novela, otro lenguaje, otro símbolo, otro sueño, recoge su parte en esta maravillosa red de signos que en tu casa se conjugan y vuelven a armarse para formar una nueva oración. Tu casa es el pensamiento. Tu casa es el lenguaje. Lo tienes por todas partes. Salud por la reconstrucción.
Uy, qué padre ver tan estructurado esto que sólo ha sido una maraña de sensaciones em las últimas semanas. Nunca imaginé tener una relación tan orgánica con mi casa. ¡Y la literatura con mi vida!

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