Ya sé que no he contado nada sobre la presentación. Ya irá saliendo. Siempre que paso por un evento así necesito silencio después. Aislarme de eso que es inevitable, pero que no es la mejor parte de un libro.
Aunque lo disfruto: la buena asistencia de la gente (alrededor de 100 personas), las lecturas tan puntillosas sobre Llama y sus comentarios positivos, el apoyo de las instituciones, la presencia y palabras del editor de Umbral, el calor de mi familia y seres queridos, los ojos atentos de mi hija, las flores recibidas, los comentarios de la gente cuando se acerca a que le firme el libro, las invitaciones para leer ante grupos de enfermos de cáncer...
Y al final de cuentas lo emocionante es atestiguar la generosidad de tantos amigos que aportaron desde su voluntad para estar en la mesa del vino hasta su talento para hacer cosas como ésta.
Aunque lo disfruto: la buena asistencia de la gente (alrededor de 100 personas), las lecturas tan puntillosas sobre Llama y sus comentarios positivos, el apoyo de las instituciones, la presencia y palabras del editor de Umbral, el calor de mi familia y seres queridos, los ojos atentos de mi hija, las flores recibidas, los comentarios de la gente cuando se acerca a que le firme el libro, las invitaciones para leer ante grupos de enfermos de cáncer...
Y al final de cuentas lo emocionante es atestiguar la generosidad de tantos amigos que aportaron desde su voluntad para estar en la mesa del vino hasta su talento para hacer cosas como ésta.
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