Hoy domingo comí sola. No comí como si estuviera acompañada. No comí como si... Comí porque yo. Porque soy. Porque me place comer.
Abrí la mejor botella de vino que tengo. La que guardaba para cuando, por si. Puse a Coltrane.
Y pensé que los placeres son personales. Algunos se comparten. Pero son personales. Soy yo la que disfruto la comida con mis papilas, con mi olfato, con mi vista. No con las de otro.
Y pensé que escribir es así. El placer de encontrar las palabras para contar una historia, encontrar las estructuras para servirnos de ellas como de peldaños ascendentes. El placer de contar y ocultar. Ese equilibrio en un juego personal donde están en juego los límites propios.
Luego esos placeres devienen en otros. Compartir: la comida, el vino, el placer, la escritura, la música.
Abrí la mejor botella de vino que tengo. La que guardaba para cuando, por si. Puse a Coltrane.
Y pensé que los placeres son personales. Algunos se comparten. Pero son personales. Soy yo la que disfruto la comida con mis papilas, con mi olfato, con mi vista. No con las de otro.
Y pensé que escribir es así. El placer de encontrar las palabras para contar una historia, encontrar las estructuras para servirnos de ellas como de peldaños ascendentes. El placer de contar y ocultar. Ese equilibrio en un juego personal donde están en juego los límites propios.
Luego esos placeres devienen en otros. Compartir: la comida, el vino, el placer, la escritura, la música.
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un abrazo