Ayer fui a un open studio de la artista plástica Maho Maeda. Entre amigos e hijos, todo mundo compartía sus proyectos con generosidad. Y el responsable de la construcción del estudio hablaba sobre el árbol interior, la luz, los pisos, el techo. Y la artista hablaba sobre su trabajo, sus tiempos, su niña, el viaje próximo a Alemania.
Y por un momento envidié ese ambiente entre los artistas plásticos: abierto, generoso, más gregario que el del escritor, más humilde que el del escritor.
Pero pensé que yo también vivo un "open studio" a diario. Que puedo hablar con él sobre las dudas de mi historia, sobre su construcción. Y encuentro una voz suave, respetuosa, abierta, conocedora. Y puedo hablar sobre ello aquí, en este nido abierto, donde incubo mis palabras.
Comentarios
un beso.
Un abrazo fuerte :D