Había pensado presentar los personajes de la novela como esos diagramas de relaciones, e ir luego marcando gráficamente la manera en que se vinculan unos y otros, en líneas cada vez más intrincadas. Ese sería el diagrama de una paranoica que piensa que cada persona tiene algo que ver con otra y con otra y con ella misma.
Ahora que por las más dulces razones mi tiempo se divide en unidades de 3 horas, he encontrado en esa forma de presentar a los personajes una solución para trabajar de manera concentrada en periodos con límites muy fijos.
Tengo mucho tiempo para pensar; para repasar en mi mente cómo ir dosificando los personajes y las situaciones en las que se van envolviendo; para encontrar esas interrelaciones casi imperceptibles; y tengo poco tiempo para escribir largamente, para avanzar y avanzar y avanzar sin obstáculos. Avanzo, eso sí, y cada vez siento mi paso más firme.
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