Mariana ha vuelto a la escuela. El bus escolar pasa por ella antes de las 6 am. Con café en mano y la mente en vigilia, recupero esas horas silenciosas, antes de que haya luz, antes de que despierte el resto de la familia, antes de que el día se me venga como cascada con muchos pretextos para posponer la escritura.
Estoy escribiendo cada día. Voy a escribir todos los días.
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:(
¡Abrazos, Au!