Cecilia en brazos de su tía Ana, rodeada de tíos, abuelo, padre, cantando canciones de Lluís Llac. Cantando las canciones que Lluís Llac cantó recién muerto Franco. Cantando canciones en catalán. No canciones cualquiera, no por una razón cualquiera. Había un silencio rodeando los cantos, las miradas cargadas de significado. Sólo había silencio y esas canciones en catalán. Y luego la proclama: ¡Libertat, aministia y estatut d'autonomia! Cecilia escuchaba atenta. Ella pertenece a ese mundo y a ese significado. Yo sólo soy testigo. Y cómplice.
Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre
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