Ir al contenido principal

Hoy fui a misa

Porque es 15 de octubre. Y era de madrugada cuando ella se fue. De la mano de Santa Teresa por el flanco derecho, de la mano de Santa Edith Stein por el flanco izquierdo. Con sus hijos y su marido rodeándola.

Y cada 15 de octubre solíamos encontrarnos todos en misa, para recordar ese desencuentro que es la muerte de alguien querido. Y que en realidad es el encuentro con la vida propia y la que compartimos a pesar de esa ausencia vital.

Hacía años que no pasaba. Voltear al lado y encontrar a un hermano. Voltear a la banca de atrás y ver a otro. Sumando sobrinos. Esos que sí lograron conocerla, y correr alborotados a su alrededor cuando la silla de ruedas fue necesaria. Fugazmente.

Y aunque evito escribir aquello que no se liga de alguna manera a mi proceso de escritura, la muerte de mi madre y también la de mi hermano están enraizadas en mi mano, en mi escritura. Es parte de esa red de venas que se me abultan sobre los tendones.

Pero así como escribo, vivo. Y sí, eso pasó hoy: es 15 de octubre y fui a misa.

Comentarios

Anónimo dijo…
Me creerás que leí este post el sábado por la mañana, lo leí de nuevo ayer y otra vez hoy, y me quedo sin palabras.

Un abrazo.

Eidania.
Te creo. Porque ando sin palabras. No sé cómo salieron estas. Porque hay palabras que no tienen de otra más que salir. Supongo.

Me hizo bien escribirlo. Y me hace bien tu visita :D

Un abrazo, Eidania.
Anónimo dijo…
Y es comprensible Antonieta, pero qué bueno que permites que salgan, y que las compartas con nosotros.
Gracias por las palabras :).
Aquí seguimos,
Eidania.
Un abrazo, Eidania. Yo también por aquí ando, aunque ande calladita :D

¡Saludos!
Anónimo dijo…
- Hola Antonieta; no te había comentado, pero sabes, no tuve suerte en mi búsqueda :(. Si tienes oportunidad de averiguar te lo agradecería mucho, oye pero sin que esto te robe mucho tiempo, eh, que yo seguiré buscando.
Saludos!
Eidania
Nada más recuérdame qué es lo que andamos buscando :D Soy taaaan distraída y mi memoria falla más que la de los ex presidentes.

¡Un abrazo!
Anónimo dijo…
Esa estuvo buena Antonieta jajajajaja, bien para empezar el día; y tienes razón no te dije, mira, es Llama lo que ando buscando, ya ves que me comentaste que debe andar en alguna librería aquí en Culiacán, bueno pues no he tenido suerte :(.
Un abrazo!
Eidania.
:D Perdón, mi memoria es terrible.

Y yo te averiguo con la distribuidora :D Y a ver cómo lo hacemos llegar a Sinaloa :D

¡Saludos!
Aurora dijo…
Abrazototooooote.
¡Igual, Au! Creo que tu compu ya volvió a la vida ;-) esta noche, los pongo al tanto a ti y a Manuel :D Así que correo cuando despierten en Barcelona :D

Abrazos :D

Entradas más populares de este blog

Ceci, 12

Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre

Capomo

Alicia, la novia de mi hermano Martín , me invitó a montar. A pelo. Sin silla de montar. Yo era niña. Tenía quizá 10 años. Anduvimos por el monte, lleno de brizna seca, con el sol muy bajo y naranja. En el silencio montaraz, ella me cantaba "La flor de capomo", ¿la conoces?, me preguntó. Le dije que no, entonces me la cantó en mayo. Este es uno de los momentos más memorables en mi niñez. Tiempo después, en una fiesta en el campo donde había música en vivo, mi padre quiso complacerme con una canción. "La flor de capomo", pedí, y mi padre sonrió extrañado y orgulloso a la vez. Desde entonces, para él esa es mi canción. Sí, esa es mi canción. Nunca he visto una flor de capomo. Queda poca gente que la ha visto. La flor de capomo crece en los ríos. Y ahora el río yaqui y mayo ya están secos, por lo que la flor de capomo es ya casi mítica. La raíz es muy extensa y con muchos tentáculos. Es como un estropajo estirable que se clava muy superficialmente en la tierra. El t

Mariana, 28

Mariana de mi alma, Desde que naciste me pregunté mucho qué sería de ti. Porque esa mirada profunda que parecía venir de otros mundos y otros tiempos, ese llanto intenso y que llenaba la habitación, o esa risa llena de luz y plenitud solo me llevaban a preguntar: ¿qué hará en esta vida? y sobre todo, ¿qué tengo que hacer yo, como su madre, para acompañarla? Desde entonces siempre te he visto llegar a los linderos, ampliar los límites, llevarte a ellos o más allá de sus coordenadas. No como alguien que rompe, sino descubre; no como alguien que se precipita, sino explora. Una especie de cartógrafa del ser. Sin tibiezas ni inmovilismos. Y pienso en lo afortunada que soy de conocer más allá de mis miras miopes gracias a ti, de ser empujada más allá de mis límites por ti. Siempre. Incluso hoy. Nada de medianías contigo, nada de apatía, de pasividad. Aunque sea yo una roca angulosa y pesada, crees en mí como un canto rodado. Y pienso que tu misma búsqueda de expresión, sin límites c