Puedo hablar de literatura con Mariana. A pleno sol dominical mientras atravesamos la ciudad. Puede imaginar mis nervios al escribir una nueva novela. Puede presentir la presión que me impongo. Puedo compartir con ella mis miedos. Puedo hablar con ella de lo que quiero de la novela. Y puede decirme: Son muchas cosas las que quieres decir y contar, ¿y cómo lo harás para que todo parezca parte de la misma historia? Y puedo sonreír orgullosa de su olfato de lectora. Y puedo sentirme aterrada: Ese es el meollo del asunto. Es lo que me tiene con la adrenalina todo el tiempo, en un cuarto oscuro, cerrado, sin salida, con todos mis personajes y laberintos, sin lograr ponernos de acuerdo para buscar juntos la salida. ¿Y si no puedo? Puedo. Claro que puedo.
Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre
Comentarios
Claro que puedes!
Saludos.
"Yo no puedo tenerte ni dejarte, ni sé por qué, al dejarte o al tenerte, se encuentra un no sé qué para quererte..."Sor Juana