En la narrativa, me gusta más explorar en las parejas que no consuman su amor. Las parejas que se acercan, que sobrevuelan uno sobre el otro, parejas que guardan deseo entre sí, pero que siempre lo mantienen como una tensión latente, vital, irreducible. Es más, creo que lo que más me gusta explorar es esa tensión. Esa cuerda rígida a punto de romperse, esa agitación a punto de ebullición, el deseo que azota y que una y otra vez es vencido por una potencia mayor: el miedo, el orgullo, la libertad, la autoprotección; e incluso por el mismo deseo hacia el otro que podría acabar-traicionarse al consumarse.
Me resulta más literaturizable mantener al lector en ese friso, en esa frontera insalvable, y que el lector desee junto con quien narra que ese amor nunca llegue a más, porque en esa irrealización está su plenitud y belleza.
Ese tipo de pareja me mantiene trabajando en la novela, ese tipo de pareja mantiene viva la escritura de Cuadernos del poder.
Me resulta más literaturizable mantener al lector en ese friso, en esa frontera insalvable, y que el lector desee junto con quien narra que ese amor nunca llegue a más, porque en esa irrealización está su plenitud y belleza.
Ese tipo de pareja me mantiene trabajando en la novela, ese tipo de pareja mantiene viva la escritura de Cuadernos del poder.
Comentarios
Saludos Antonieta.
Eidania.
¡Saludos!