que el PRI regresaría sin renovarse, sabiendo dónde estuvieron sus errores para poner sobre los huecos hacia la democracia las pesadas lozas de la represión.
que no había inteligencia, ni ganas de llevar a este país a ese sueño de democracia en el que nos han fallado todos.
que todo se trataría de una simulación, de un mal chiste, de vulgaridad, de frivolidad.
que el hombrecito escondido, lleno de miedo en el baño de una universidad privada, saldría caminando sobre los zancos que le dieran sus medios controlados y la parafernalia de presidencia, para pisotear a cuanto estudiante se le pusiera enfrente.
lo sabíamos. y aún así no cabe la ecuanimidad, la razón, la visión hacia dónde vamos, la cordura, la resignación, el vaticinio. no caben explicaciones. no caben disculpas. es más: ni siquiera cabe la justicia.
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