
Sí: le dieron a Lobo Antunes el Premio de la FIL. Hace dos años lo vi en ese mismo marco. Y dentro de todos los fantoches, oportunistas, divos, petardos, histriones que uno encuentra entre los grandes nombres de las editoriales, Lobo Antunes me pareció de una humildad y realismo que me conmovieron.
En la conferencia habló con amor hacia su profesión, la psiquiatría. Nunca quiso dejarla para dedicarse a la literatura. Amaba su labor y pensaba que podía ayudar más como psiquiatra que como escritor. Enfrentarse a la condición humana desde los entresijos le ayudaba también a crear historias, personajes, guardando la confidencialidad ética de su gremio.
Hice fila para una firma. Enfrente de mí estaba un chico con una pila de 4 libros de Lobo Antunes. Mientras esperaba su turno iba barajando los libros con nerviosismo y ansiedad. Una vez frente al autor todavía dudó entre dos libros para pedirle la firma. El escritor le dijo: No sufra, puedo firmarle todos.
Y me pareció un gesto muy bello, humilde, cariñoso hacia los lectores, de un escritor al que a partir de ese momento admiré todavía más, en esos días de hartazgo entre los vedettes de alfombra roja raída que por desgracia suelen verse en la FIL.
Comentarios
Me da gusto verte por aquí
:)
Así es esto de los encuentros, ya ves, sin querer me encontré con tu blog: estaré atenta :-)
Y suerte en todos tus propósitos.
hehe!
saludos!
:-)