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Ni vida propia ni copywright

Unas cuantas semanas después del atentado del 11s, viajé a Washington. Los ánimos en el centro político de Estados Unidos estaban caldeados: la gente se quejaba ante las medidas de seguridad y encontré a los taxistas encabritados por los retenes que a cada momento teníamos que sortear. El taxista que me llevó del aeropuerto a la George Washington University golpeó el volante y gritó por la ventana: "¡Esto es la Gestapo!".

En la entrada a los museos nos obligaban a vaciar nuestros bolsos de mano, además de tener que pasar por el scanner obligado de la entrada. Me sorprendía al ver que muchos residentes de la ciudad (ancianas, padres de familia con sus niños), prefierían perderse un día de museo antes que mostrar las tripas de sus bolsos. Argumentaban: vivo en mi país, tengo garantías.

Eso me hizo pensar que posiblemente había mayor paranoia fuera de Estados Unidos que dentro del país, me hizo ver también a una franja de la población altamente politizada, como nunca antes habia visto en tal medida. Y me hizo entender el sentido de propiedad privada e intimidad que tienen los ciudadanos norteamericanos.

Por eso no imagino las repercusiones que tendrá dentro del país la siguiente noticia:

Los agentes de policía de frontera de Estados Unidos pueden no sólo inspeccionar
y copiar el contenido de libros, ordenadores y otros dispositivos electrónicos
de los viajeros sospechosos, como se comunicó en julio. También pueden retener y
copiar información personal sin necesidad de tener indicios o dudas acerca de si
la persona en cuestión ha participado o tiene intención de hacerlo en cualquier
acto delictivo, según se ha sabido tras la desclasificación de una serie de
directivas internas del Gobierno estadounidense.


Pienso en cómo se ha abaratado la vida personal al momento de digitalizarse y navegar en corrientes ocultas por la web. Nadie nos preguntaría sobre nuestra vida íntima, pero esa vida íntima en un archivo con extensión .doc o .jpeg es un bien devaluado a su mínima expresión... y por lo que veo un mal para la autoridad.

Comentarios

Y olvídate, que con el pretexto de la seguridad lo que siga es el implante de chips. ¿Quién se sentiría seguro si su privacidad llega a estar en manos de un "Gran Hermano", que al tener información puede tener control sobre la vida personal?
Hay quienes siguen temiendo la intromisión de Dios en la conciencia. La verdad, por lo menos Dios ha demostrado ser un poco más discreto con nuestra ida personal, parece no intervenir y por lo visto no tiene por él mismo intereses de control o imperialistas.
gato. dijo…
Nos hemos convertido en ceros y unos.
Aunque sinceramente prefiero ser un cero.
Es un poco mas simbólico y anónimo
pareciera que al ser sujetos vistos a través de pantallas ( de seguridad en las calles y negocios o personales en nuestras computadoras) convierte la intimidad y lo personal en algo sin valor, al alcance de cualquiera.
Carmelo dijo…
Totalmente de acuerdo. A veces, muchas veces, me pregunto si mi proverbial actitud anticyborg no es un tanto paranoide, pero no, con noticias como ésta me convenzo que formo parte, gracias a Dios, de la resistencia.

Saludos Maria Antonieta et. al.
sylvíssima dijo…
y si los migras se convierten en los nuevos críticos literarios?!

oh my!

(perdón por lo superficial de mi comentario pero sirve para reducir tensión migratoria)
O andan buscando en ordenadores ajenos los números de cuentas y de tarjetas bancarias y de crédito, a ver si así de a poquito en poquito se completan para rescatar el sistema financiero. Lo bueno que yo siempre ando en ceros :-)

Syl, y hablando de críticos literarios: ya no supe en qué quedó lo del taller...
no era la burra paranoide sino que la hiceron, Carmelo :-)

ya sé que qué flojera mi nombre completo, pero yo más que anticyborg soy una torpe que no sabe cómo remover comentarios o poner un alias pequeñito y mono cada vez que respondo un comentario...

mientras, seguiré siendo et al :D
Anónimo dijo…
Maria Antonieta, muy interesante tu reflexión, desde el punto de vista de una escritora.
Como persona que vive en frontera (Mexicali, B.C.), tuve que sufrir los estragos de la paranoia de los 'gringos' despues de los lamentables sucesos del 11 de septiembre, donde ví como los oficiales revisaron hasta las carreolas de los bebés, y he esperado horas para cruzar la frontera... Es preocupante como los Estados Unidos cobran poder cada vez sobre la vida de las personas que se atreven a cruzar la frontera, todo en justficacion de buscar el indicio de algo que creo que por el lado mexicano nunca van a encontrar.
Un gran saludos desde fronteras cachanillas. Leí al fin 'Duelo de Noche' y la encuentro excelente...
Blanca Ramirez,Mexicali, B.C.
Blanca, me da mucho gusto verte de nuevo por aquí. Y sobre todo gracias por leer Duelo de noche.
B West dijo…
ahora es con descaro, siempre nos han observado y controlado pero ahora se pasan de lanza!


Un beso!
un descaro vestido de legitimidad.
saludos, bere, ando cerca de tu tierra: en cajeme.

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