
A veces pierdo la vista de la novela. Escribo y es como si sólo viera dentro del aro donde aparece el fragmento de dibujo que se borda, pero no todo el dibujo. Escribo y es como si sólo cruzara una y otra vez el hilo en cruz en un solo cuadrito. A veces siento eso.
Y no me gusta.
Me gusta ver el dibujo entero. Me gusta bordar cuadrito por cuadrito, pero pasar el hilo por abajo, conectando flores inconexas, cruces distantes.
Ya lo sentí. Ya me salí del aro estrecho. Ya tengo la tela entera, el dibujo entero. Y sé que el cuadro que bordo es sólo un matiz en todo el dibujo.
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