Hoy murió Saramago. Me avisó Javo en la madrugada, mediante un correo electrónico. Lo leí antes de ducharme. Y al salir de la ducha, tenía otro correo de él con esta frase saramaguiana:
"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa".
Hoy discutí con Javo. La persona con la que más discuto. Discutimos por Saramago, por los prejuicios, por las diferencias y los desencuentros de siempre, los que persisten desde el día en que nos conocimos, en el que me extrañó su camisa blanca y corbata un sábado por la tarde, cuando no hay trabajo, cuando no es hora de bodas, cuando no es mormón.
Esa corbata extraña, estorbosa y sin embargo simpática es lo que siempre caracterizará mi amistad con Javo, con todo lo que entraña: extrañeza, incomodidad, desacuerdo, no entendimiento, pero mucha simpatía y el guiño de la elegante pero impertinente corbata.
Hoy murió Saramago. Por primera vez coincidí con su frase, se la agradecí a Javo, pero él no concordó. Ay, esa corbata.
"Hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa".
Hoy discutí con Javo. La persona con la que más discuto. Discutimos por Saramago, por los prejuicios, por las diferencias y los desencuentros de siempre, los que persisten desde el día en que nos conocimos, en el que me extrañó su camisa blanca y corbata un sábado por la tarde, cuando no hay trabajo, cuando no es hora de bodas, cuando no es mormón.
Esa corbata extraña, estorbosa y sin embargo simpática es lo que siempre caracterizará mi amistad con Javo, con todo lo que entraña: extrañeza, incomodidad, desacuerdo, no entendimiento, pero mucha simpatía y el guiño de la elegante pero impertinente corbata.
Hoy murió Saramago. Por primera vez coincidí con su frase, se la agradecí a Javo, pero él no concordó. Ay, esa corbata.
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Un abrazo.