Estuve en un bache narrativo. Borraba más de lo que escribía, que no está mal. Como escritor el fantasma del abandono debe acecharnos siempre, y bien haremos si nos unimos a ese enemigo.
Si llegamos a abandonar la obra que nos hemos propuesto, es una especie de selección natural para que no llegue al lector el bodrio que no fuimos ni siquiera capaces de culminar.
También ese enemigo puede trabajar a nuestro favor si somos capaces de discernir con agudeza el momento en que el lector puede abandonarnos.
Narrar es como tejer. Todos los recursos y elementos deben disponerse con exactitud para potenciar la tensión en la historia y para crear contrastes en la coloración de los personajes. Hay hilos que pasan por debajo o por detrás, igual que entrecruzamos los campos temporales.
Es más fácil deshacer el hilado narrativo cuando uno tiene estas figuras en mente.
He salido del bache de dos días y sigo trabajando.
Si llegamos a abandonar la obra que nos hemos propuesto, es una especie de selección natural para que no llegue al lector el bodrio que no fuimos ni siquiera capaces de culminar.
También ese enemigo puede trabajar a nuestro favor si somos capaces de discernir con agudeza el momento en que el lector puede abandonarnos.
Narrar es como tejer. Todos los recursos y elementos deben disponerse con exactitud para potenciar la tensión en la historia y para crear contrastes en la coloración de los personajes. Hay hilos que pasan por debajo o por detrás, igual que entrecruzamos los campos temporales.
Es más fácil deshacer el hilado narrativo cuando uno tiene estas figuras en mente.
He salido del bache de dos días y sigo trabajando.
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