Ir al contenido principal

Lucha cuerpo a cuerpo con cierto personaje


Ya terminó mi exceso de trabajo. Ahora tengo exceso de escritura.

He estado trabajando en la voz de Pedro, para el capítulo 2 de la II parte de la novela. Quería un narrador focalizado, como lo he usado, que diera pie a un indirecto libre en primera persona, para que poco a poco ese narrador se convirtiera en una primera persona.

Pero no me estaba resultando cómodo en Pedro. Lo intenté una y otra vez, variantes y lo único que logré fue un stock de hojas inservibles y llegar tan agotada a casa que no tenía ni ganas de cenar.
Hoy desde muy temprano emprendí la escritura y escribiendo de repente transité otro camino: opté por una narración en primera persona con una voz mental más que oral, que da pie a pequeñas narraciones dentro de su voz.

Todo esto lo comento con quien en lugar de complicarme me escucha y hace reír, y su respuesta me deja claro que debo reírme más de mí y no debo sufrir tanto por estas búsquedas. Se trata de este cartón de Forges que les comparto.
(A mí, además, me queda claro que escribiendo es la única manera de encontrar la respuesta.)

Comentarios

B West dijo…
ya quiero leer esa novela!!

a proposito: me espejeé horrible en ese cartón!

SALUDOS Y QUE TODO SALGA BIEN!
pensé: no importa si le fallo al personaje si sé qué hacer con mi vida cotidiana.

gracias, berenoise :-)
Como que "se hace camino al andar".
sí, y sobre todo son los personajes quienes se empecinan en su propio andar, pero uno como autor debe dejarlos hablar, uno debe descubrirlos y ser obedientes a su voz.
:-)
¿cómo va la vida, coyote?
B West dijo…
es requete bien cierto eso que apuntas. Los personajes uno los descubre y en un mundo onirico como lo es la creación literaria solamente nos queda dejarlos actuar; let it be, como en la vida misma.
Carmelo dijo…
No me cabe la menor duda que los personajes tienen vida propia, se revelan y escogen, a veces, caminos no sospechados. A veces pienso que el novelista, más que escribir debe escuchar...y anotar, claro.

Un abrazopo.

Melo
no sé cómo funciona, pero así es. con "duelo de noche" me pasó que el personaj de la hija se hizo mucho más duro delo que esperaba. y me dolía escribirlo, porque no podía entender cómo nada hablandaba su manera de verse a ella misma y a los demás. ahí por primera vez experimenté esto de "dejarlos ser", y por lo mismo, no ser autocomplacientes como autores.
sí, pero antres de dejarlos ser, tienen que ser. ¿en qué momento son? ahí sí creo que es tarea del autor crear esos personajes y perfilarlos minuciosamente para que entonces puedan caminar por sí solos. me has hecho pensar, carmelo, cómo nace un personaje en la mente del autor. y dónde está esa frontera entre ser de mano del autor y ser por sí mismos. cómo un personaje llega al autor también es algo en lo que el autor puede tener menos voluntad. de repente el personaje está ahí, dentro, pugnando un lugar en la historia. y viene con genes de lo que uno ha visto, vivido 8en uno y en otros).
Carmelo dijo…
Me encantan estas cosas: creo que la ficción es un revoltijo de vida propia, influencias, lenguaje y azar. En todo caso, escribir es existir en un tiempo presente en el que no sólo los personajes se descubren, sino que también uno, nuestro YO, se nos revela; si tenemos suerte lo hará con una fuerza que bien haríamos en llamar iluminación.

No es posible definir racionalmente el origen de un personaje, tal es mi convicción.

Te leo.

Melo.
...o más que revelarse uno mismo, encontrar que somos un poco cada personaje, que de alguna manera podemos sentir como ellos, reconocer emociones, por más oscuras que sean, dentro de nosotros.
Anónimo dijo…
ya quiero leerte :)
¡y yo ya quiero verte!

y terminar la novela y mostrártela antes de que salga, para tener tu mirada aguda.

me pondré a trabajar, pero mientras, ojalá nos veamos el domingo, ¿no?
Anónimo dijo…
Saludos Marian.
Con cariño. Te extraño mucho.
Cynthia
tenme un poco de paciencia, cynthia :-) ando todavía con la cabeza sacudida (y el cuerpo, que resiente el estrés).
un abrazo, ya te responderé.

Entradas más populares de este blog

Ceci, 12

Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre

Capomo

Alicia, la novia de mi hermano Martín , me invitó a montar. A pelo. Sin silla de montar. Yo era niña. Tenía quizá 10 años. Anduvimos por el monte, lleno de brizna seca, con el sol muy bajo y naranja. En el silencio montaraz, ella me cantaba "La flor de capomo", ¿la conoces?, me preguntó. Le dije que no, entonces me la cantó en mayo. Este es uno de los momentos más memorables en mi niñez. Tiempo después, en una fiesta en el campo donde había música en vivo, mi padre quiso complacerme con una canción. "La flor de capomo", pedí, y mi padre sonrió extrañado y orgulloso a la vez. Desde entonces, para él esa es mi canción. Sí, esa es mi canción. Nunca he visto una flor de capomo. Queda poca gente que la ha visto. La flor de capomo crece en los ríos. Y ahora el río yaqui y mayo ya están secos, por lo que la flor de capomo es ya casi mítica. La raíz es muy extensa y con muchos tentáculos. Es como un estropajo estirable que se clava muy superficialmente en la tierra. El t

Mariana, 28

Mariana de mi alma, Desde que naciste me pregunté mucho qué sería de ti. Porque esa mirada profunda que parecía venir de otros mundos y otros tiempos, ese llanto intenso y que llenaba la habitación, o esa risa llena de luz y plenitud solo me llevaban a preguntar: ¿qué hará en esta vida? y sobre todo, ¿qué tengo que hacer yo, como su madre, para acompañarla? Desde entonces siempre te he visto llegar a los linderos, ampliar los límites, llevarte a ellos o más allá de sus coordenadas. No como alguien que rompe, sino descubre; no como alguien que se precipita, sino explora. Una especie de cartógrafa del ser. Sin tibiezas ni inmovilismos. Y pienso en lo afortunada que soy de conocer más allá de mis miras miopes gracias a ti, de ser empujada más allá de mis límites por ti. Siempre. Incluso hoy. Nada de medianías contigo, nada de apatía, de pasividad. Aunque sea yo una roca angulosa y pesada, crees en mí como un canto rodado. Y pienso que tu misma búsqueda de expresión, sin límites c