Y cambiamos la sede del taller: los encarbonados pasó la prueba. Cervezas oscuras en una terraza al aire libre, cuando el sol empieza a meterse en este otoño hermosillense.
Había viento, fresco, buena charla con Letty y Alfonso y un muy buen texto de éste.
Alfonso con su silencio siempre nos ha sorprendido: permanece a través del tiempo en el taller, persistentemente; lleva textos (realmente buenos: mezcla géneros y recursos, terror e hilaridad, samurais y erotismo, lo absurdo y lo factible); y su lucidez suele resolvernos nuestras dudas más mundanas, usando categorías filosóficas: acto y potencia.
Hablamos de cine. De recursos cinematográficos que ayudan a la narrativa. Y regresé a mi casa con una película prestada por Alfonso de mi ídolo cinematográfico, Tarkovsky: Stalker (1979).
Había viento, fresco, buena charla con Letty y Alfonso y un muy buen texto de éste.
Alfonso con su silencio siempre nos ha sorprendido: permanece a través del tiempo en el taller, persistentemente; lleva textos (realmente buenos: mezcla géneros y recursos, terror e hilaridad, samurais y erotismo, lo absurdo y lo factible); y su lucidez suele resolvernos nuestras dudas más mundanas, usando categorías filosóficas: acto y potencia.
Hablamos de cine. De recursos cinematográficos que ayudan a la narrativa. Y regresé a mi casa con una película prestada por Alfonso de mi ídolo cinematográfico, Tarkovsky: Stalker (1979).
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