Ir al contenido principal

Se busca diccionario

Ya he contado la relación que tiene mi metabolismo existencial con mi casa.

Sé qué significan las ganas de ordenar o las ganas de deshacerme de cosas.
Sé qué quiere decir cuando quiero embellecerla.
Sé qué sentido tiene el que quiera cambiar los colores y la decoración.
Sé por qué a veces me da por arreglar la cocina, o mi recámara o la de Mariana, o el baño, o el estudio, o la sala, o el vestidor, o el patio, o el jardín...

¿Pero qué demonios significará que tenga deseos de deshacerme de muros?

Comentarios

sylvíssima dijo…
Pues de acuerdo a la real academia española del sueño, el asunto con los muros puede tener las siguientes interpretaciones de acuerdo al deseo/sueño:

MURO/MURALLA
-Derribar o saltar manifiesta el deseo de que cambiar las cosas que nos son difíciles a una situación favorable para nosotros.
-Si nos encontramos dentro de la muralla estamos protegidos y aislados de los peligros exteriores.
-Si se desploma al apoyarnos indica que tenemos poca confianza en nuestras protecciones.
-Si está en ruinas revela miedo y desconsuelo.

Todo fuera como quitar un muro.
Y todo fuera como quitar un muroblock...

Lo que me duele es que detrás de ese muroblock está mi murokami. Pero puedo constuir uno nuevo...

Y constato: sí, quiero derribarlo.
Anónimo dijo…
mmmm... tirar los muros abajo, hacerlos mil pedazos, tirar los muros abajo, poner de moda la libertad (espero que te acuerdes de la tonadita);). Te espero por estos lares, ojalá coincidamos.
Martha
Espero verte por aquellos lares, sí, ¡y acordarme de la tonada! :-)
los alemanes tendrán una buena respuesta.
(hoy ando de un humor a lo simple)
¡Ingesu! Tirar esa muralla significó tirar todas las murallas mentales, ideológicas, históricas. No creo que haya gente que quiera llevarse trozos del muro de mi casa. Libros quizá. Quizá.

Entradas más populares de este blog

Ceci, 12

Ceci de mi alma, Cuando leas esto ya tendrás 12 años. Una edad en la que las artes de la magia se convierten en empeño, esfuerzo, sabiduría forjada cada día, conciencia. Y eso te pediré hoy: un poco de magia para que me hagas estar contigo en ste momento, para que me sientas en tu corazón y en tu mente con la claridad con que me ves cada día a las seis de la mañana en la cocina, preparando todo antes de que te vayas a la escuela. Aunque, estando tan modorras, ¿podemos vernos con claridad? Mejor: con la claridad con que me ves cuando regresas de la escuela y me cuentas lo que pasó, mientras la comida termina de prepararse, y el celular suena y suena y suena con mensajes y el trabajo interminable, que tr fastidia un poco. Hay una escritora que dice que de alguna manera las mamás nunca podemos separarnos del todo de nuestras criaturas, porque hemos estado tan unidas una en la otra, desde el inicio de la vida, que es imposible. Y así como el misterio inicia, gestándose en el vientre

Capomo

Alicia, la novia de mi hermano Martín , me invitó a montar. A pelo. Sin silla de montar. Yo era niña. Tenía quizá 10 años. Anduvimos por el monte, lleno de brizna seca, con el sol muy bajo y naranja. En el silencio montaraz, ella me cantaba "La flor de capomo", ¿la conoces?, me preguntó. Le dije que no, entonces me la cantó en mayo. Este es uno de los momentos más memorables en mi niñez. Tiempo después, en una fiesta en el campo donde había música en vivo, mi padre quiso complacerme con una canción. "La flor de capomo", pedí, y mi padre sonrió extrañado y orgulloso a la vez. Desde entonces, para él esa es mi canción. Sí, esa es mi canción. Nunca he visto una flor de capomo. Queda poca gente que la ha visto. La flor de capomo crece en los ríos. Y ahora el río yaqui y mayo ya están secos, por lo que la flor de capomo es ya casi mítica. La raíz es muy extensa y con muchos tentáculos. Es como un estropajo estirable que se clava muy superficialmente en la tierra. El t

Mariana, 28

Mariana de mi alma, Desde que naciste me pregunté mucho qué sería de ti. Porque esa mirada profunda que parecía venir de otros mundos y otros tiempos, ese llanto intenso y que llenaba la habitación, o esa risa llena de luz y plenitud solo me llevaban a preguntar: ¿qué hará en esta vida? y sobre todo, ¿qué tengo que hacer yo, como su madre, para acompañarla? Desde entonces siempre te he visto llegar a los linderos, ampliar los límites, llevarte a ellos o más allá de sus coordenadas. No como alguien que rompe, sino descubre; no como alguien que se precipita, sino explora. Una especie de cartógrafa del ser. Sin tibiezas ni inmovilismos. Y pienso en lo afortunada que soy de conocer más allá de mis miras miopes gracias a ti, de ser empujada más allá de mis límites por ti. Siempre. Incluso hoy. Nada de medianías contigo, nada de apatía, de pasividad. Aunque sea yo una roca angulosa y pesada, crees en mí como un canto rodado. Y pienso que tu misma búsqueda de expresión, sin límites c